La “guerra de las rosas” se llevará a cabo

LEER TAMBIÉN Europeos 2024: cuando la izquierda empieza a soñar“Campañas de difamación”, responde Raphaël Glucksmann, que nunca ha sentido la más mínima simpatía por Jean-Luc Mélenchon. Si había llamado, durante las elecciones legislativas de 2022, a elegir “un máximo de diputados de izquierda” registrados bajo la etiqueta Nupes, fue subrayando sus “diferencias” con LFI y su líder. “Son conocidos y son inmensos, sobre temas más que fundamentales”, escribió en Twitter en mayo de 2022. “Por lo tanto, no voy a empezar a cantar “Mélenchon Primer Ministro” todas las mañanas, pero haré todo lo posible para que Se puedan escuchar las voces más unidas, humanistas y ambientalistas posibles. »

Los Nupes muertos y enterrados

Esta semana, el “pacto de no agresión” de la izquierda, soñado por la líder de la lista ambientalista Marie Toussaint, que albergaba la esperanza de una campaña “suave”, se hizo añicos. Se le impidió unirse a la procesión del 1^es Mayo en Saint-Étienne Al arrojar pintura y huevos, Glucksmann señaló la responsabilidad de los Insoumis, en particular, detrás de esta agresión reivindicada por los Jóvenes Comunistas del Loira. Y acusó a Mélenchon de actos violentos desinhibidos al sembrar violencia verbal y “brutalidad” en el debate público.
LEER TAMBIÉN ¿Quién participó en el violento derrocamiento de Raphaël Glucksmann en Saint-Étienne? Mentira, gritó el bando de Mélenchon, mientras que al menos uno de sus activistas admitió haber participado en los abucheos contra el jefe de la lista pública del PS-Place. Si la Nupes había sido pausado Después de las masacres perpetradas el 7 de octubre en Israel por Hamás y los repetidos excesos de los rebeldes, aquí está muerta y enterrada.

“Bolas apestosas”

Este viernes, las tensiones entre las dos izquierdas continuaron después de un tuit escandaloso de Manon Aubry que sospechaba que varios diputados europeos – entre ellos Raphaël Glucksmann, Valérie Hayer (Renaissance) o François-Xavier Bellamy (Les Républicains) – se “metían en los bolsillos” al recibir ingresos incidentales a su mandato, supuestamente provenientes de lobbies.

Si la causa pretende ser noble –la lucha contra la corrupción–, la acusación está cuando menos fuera de lugar y ha hecho saltar al jefe del PS, Olivier Faure. “Noticias falsas”, respondió, pidiendo a Aubry que elimine un tuit que la “deshonra” y reserve sus “bolas apestosas” para la derecha y la extrema derecha. Y con razón, las sumas acusadas a Glucksmann provienen de… derechos percibidos como autor, como confirmó su editorial. “Este es el método de todos los sinvergüenzas como Trump. Raphaël Glucksmann nunca ha recibido dinero de los lobbies, sino de los derechos de autor, como muchas LFI que venden libros”, critica Olivier Faure.

2027 en la mente de todos

Entre la izquierda callejera y la izquierda gubernamental ahora se ha declarado la guerra. Duplicar la puntuación de la lista del LFI la tarde del 9 de junio: este es el objetivo de la lista llevada por Raphaël Glucksmann, para esperar dar nueva vida a su bando. Para las dos “izquierdas irreconciliables”, melenconista y socialdemócrata, esta elección es quizás la más importante en años porque dirá quién, tres años antes de las próximas elecciones presidenciales, ganará las urnas.

LEER TAMBIÉN Jean-François Kahn: “Jean-Luc Mélenchon se ha vuelto loco” Si la lista Glucksmann gana con una puntuación de dos dígitos, como prevén las encuestas (13,5% de los votos según el último periódico Rolling Ifop/Fiducial de El FígaroLCI y Sud Radio frente al 7,5% de la lista Insoumis), o incluso, en sus más descabelladas esperanzas, duplicando la lista de la macronista Valérie Hayer, entonces la izquierda socialdemócrata podría esperar levantar finalmente la cabeza y trazar un camino hacia un regreso al poder. Pero si la brecha es demasiado pequeña, todos sus sueños corren el riesgo de quedar reducidos a la nada. Jean-Luc Mélenchon ha percibido perfectamente el peligro y pretende imponerse en la mente de la gente como la única barrera posible de la izquierda a Marine Le Pen.

Pero existe un gran riesgo de que estas dos escuelas de pensamiento se neutralicen mutuamente durante las próximas elecciones presidenciales. En el campo socialdemócrata somos muy conscientes de que mientras el líder del LFI, de 72 años, siga presente, la llamada izquierda “razonable” casi no tendrá posibilidades de volver a los negocios, una cuestión de aritmética electoral. . Los mismos se tranquilizan, como resignados de antemano: las elecciones presidenciales de 2027, si fuera candidato, serían muy probablemente su cuarto y último intento.