Rusia, que suministra alrededor del 40 por ciento del gas de Europa y es el tercer mayor productor de petróleo del mundo, tiene una gran influencia en los mercados, que en última instancia afecta a las personas en Gran Bretaña a través de nuestras facturas de energía y en las bombas.
Los hogares ya se enfrentan a aumentos récord en las facturas de energía en abril, cuando entre en vigor el aumento de casi 700 libras esterlinas en el límite del precio de la energía.
Sarah Coles, analista senior de finanzas personales de Hargreaves Lansdown, dijo que los precios se verían obligados a subir para los proveedores británicos, a pesar de que poco de su suministro proviene de Rusia.
“Si bien esto significa una menor amenaza de escasez, no va a proteger al Reino Unido de los precios altísimos en los mercados internacionales”, dijo.
Miedos al racionamiento de energía
Si los suministros rusos a Europa se cortaran por completo, los precios podrían subir tanto que provocaría un racionamiento de energía.
El efecto dominó de una invasión rusa de Ucrania, apodada “el granero de Europa”, alcanzaría las cestas de la compra en el Reino Unido, amenazando con provocar una inflación mayor y más prolongada.
Rusia y Ucrania juntas representan el 29 por ciento de las exportaciones mundiales de trigo, el 19 por ciento del maíz y el 80 por ciento del aceite de girasol. Al igual que con el gas ruso, Gran Bretaña no es uno de los principales mercados para estas exportaciones, pero sentiremos los efectos a través del aumento de los precios mundiales de los alimentos.
Los precios agrícolas del trigo ya han subido a su nivel más alto desde 2012, aumentando un 16 por ciento en una semana. Los analistas de Rabobank advirtieron que la guerra podría afectar la mitad de la producción de granos de Ucrania y duplicar los precios mundiales del trigo.