La adquisición del club de fútbol Chelsea por 4.250 millones de libras ha tenido problemas de última hora después de que el gobierno del Reino Unido se enfrentara con el oligarca ruso Roman Abramovich por los términos, lo que puso en duda las perspectivas de un acuerdo rápido.
El financiero estadounidense Todd Boehly requiere una aprobación especial del gobierno del Reino Unido para adquirir Chelsea porque Abramovich está sancionado y el club del oeste de Londres opera bajo una licencia especial.
Pero los ministros se han preocupado en los últimos días de que Abramovich se haya vuelto “más contundente” en sus demandas sobre los términos de la venta, según funcionarios del gobierno.
“Las relaciones no se han roto, pero no estamos logrando el progreso que necesitamos en este momento”, dijo un funcionario del gobierno cercano a las negociaciones. “El cronograma para la venta es realmente desafiante”.
En el centro de las preocupaciones en Whitehall está la estructura de propiedad “profundamente complicada” de Chelsea y la determinación de los ministros de que cada centavo de la venta se destine a buenas causas.
Abramovich y Chelsea ya propusieron que los 2500 millones de libras recaudados se destine a una cuenta bancaria congelada en el Reino Unido que requiere la aprobación del gobierno para transferir el dinero.
El dinero ha sido destinado por parte de Abramovich a una organización benéfica administrada de forma independiente para las víctimas de la guerra en Ucrania.
Los ministros quieren que el dinero se mantenga en una cuenta de depósito en garantía segura hasta que estén convencidos de que un organismo caritativo está funcionando y equipado para administrar de manera segura los 2.500 millones de libras esterlinas.
Funcionarios del gobierno dijeron que Abramovich no estaba haciendo coincidir sus compromisos verbales sobre la venta con compromisos legales aceptables. La disputa podría amenazar la capacidad de Chelsea para operar porque la licencia del gobierno solo se extiende hasta finales de mayo.
Boehly, que cuenta con el respaldo de la firma de inversión estadounidense Clearlake Capital y otros inversores, está comprometiendo 1.750 millones de libras más para invertir en el club además del precio de adquisición de 2.500 millones de libras.
Fordstam, la empresa matriz de Chelsea, debe alrededor de 1.500 millones de libras esterlinas a Camberley International Investments, una entidad con sede en Jersey vinculada a Abramovich.
Los funcionarios del gobierno afirman que están preocupados de que, según el plan de Abramovich para manejar las ganancias de la venta, Camberley pueda reclamar parte del dinero como acreedor.
Abramovich ha negado que quiera que se le devuelva el dinero. Una persona cercana a la venta dijo que nadie reclamaría los 2.500 millones de libras esterlinas y que no cabía duda de que la suma total se destinaría a la fundación benéfica.
Mike Penrose, exdirector ejecutivo de Unicef Reino Unido, ha sido elegido para establecer la fundación, según una persona con conocimiento del asunto. Penrose ha sido contactado para hacer comentarios.