Lapid también dijo que su gobierno, una coalición diversa de derechistas, izquierdistas y centristas como él, estaba mucho más enfocado en asuntos internos como proteger las instituciones democráticas israelíes y salvaguardar la economía israelí que en encontrar una solución a la cuestión palestina.
Subrayó la oposición de Israel a los esfuerzos estadounidenses para reabrir un consulado estadounidense a los palestinos en Jerusalén, que fue cerrado bajo la administración Trump. Lapid dijo que la reapertura del consulado constituiría un desafío a la soberanía israelí en Jerusalén, que Israel ve como su capital indivisible; Los palestinos esperan que algún día se divida y la parte oriental sea la capital de un estado palestino.
Los israelíes han debatido enérgicamente si apoyar las negociaciones con Irán, que se reanudaron en Viena a principios de este mes, o instar a Estados Unidos y Europa a abandonar el esfuerzo. Cuando todavía era primer ministro, Benjamin Netanyahu se opuso a la administración de Obama mientras forjaba el pacto nuclear, dando el notable paso de cabildear en su contra en el Congreso, y en 2018 presionó a Trump para que lo abandonara.
Irán había cumplido en gran medida el acuerdo mientras estuvo en vigor, manteniendo su enriquecimiento de combustible nuclear dentro de los niveles requeridos y bajo la inspección del Organismo Internacional de Energía Atómica. En los últimos tiempos, a medida que los niveles de enriquecimiento de Irán han alcanzado nuevas alturas y se ha prohibido a los inspectores, varios exfuncionarios militares y de inteligencia israelíes han dicho que ahora piensan que estaban mejor con el tratado en vigor.
Lapid parecía estar intentando cerrar la brecha con Estados Unidos.
“La mayoría de los israelíes, incluida la oposición, consideró que el JCPOA no era un trato suficientemente bueno”, dijo, refiriéndose al pacto nuclear por su nombre formal, el Plan de Acción Integral Conjunto. Eso se debió en parte a sus “disposiciones de extinción” sobre las actividades de enriquecimiento, dijo, que permitirían a Irán producir tanto material nuclear como quisiera a partir de 2030.
Lapid se negó a comentar sobre los esfuerzos de sabotaje israelíes, pero dijo que lo que sea que esté sucediendo con las instalaciones nucleares de Irán no tiene nada que ver con las negociaciones. “Lo único que puedo decirles es que Israel ha dicho muchas veces: Tenemos derecho a protegernos de las mayores amenazas existenciales”.
Los temores compartidos sobre Irán han ayudado a redefinir el mapa diplomático en el Medio Oriente, permitiendo a Israel comenzar a normalizar las relaciones diplomáticas con cuatro países árabes que anteriormente habían rechazado al país debido a la falta de resolución del conflicto israelí-palestino.