Pasos estratégicos: planificar su embarazo y garantizar un comienzo saludable

Cuando se trata de ampliar su familia, el momento y la preparación son factores cruciales que no deben pasarse por alto. Si bien muchas parejas suelen comenzar a planificar tener un hijo uno o dos años antes de la concepción, vale la pena preguntarse si este período de tiempo es realmente suficiente.

Su estilo de vida y sus hábitos actuales pueden influir significativamente en la concepción, el embarazo y la salud futura de su bebé. Entonces, ¿por dónde debería empezar y qué necesita saber ahora mismo?

Considere su edad

Los profesionales médicos generalmente sugieren que el edad optima para un primer embarazo tiene entre 20 y 29 años, siendo una buena ventana para un segundo embarazo entre 30 y 35 años.

Sin embargo, es esencial reconocer que estos rangos de edad son algo flexibles en el mundo actual. Gracias a los avances de la medicina moderna, las mujeres pueden tener y dar a luz con éxito a los 40 años o incluso más tarde, aunque con una supervisión médica más intensiva.

Desde una perspectiva psicológica, uno de los principales desafíos de los embarazos posteriores es el deseo abrumador de la futura madre de que todo sea perfecto durante este tiempo, incluido el parto.

Sin embargo, este perfeccionismo bien intencionado a menudo conduce a un estrés excesivo: la preocupación constante, el compromiso excesivo con numerosas clases, los miedos y la adaptación a un nuevo estilo de vida pueden pasar factura tanto a la madre como al feto.

Planificar su embarazo con prontitud puede ayudarla a sortear estos desafíos independientemente de su edad. Si se prepara con antelación, podrá ajustar su estilo de vida, mitigar posibles complicaciones durante el parto y garantizar un camino más tranquilo hacia la maternidad.

Ajuste de la actividad física para la planificación del embarazo

El principal centro del cerebro, el hipotálamo, se desarrolló ya en tiempos prehistóricos, lo que explica algunas peculiaridades de su funcionamiento.

Según los especialistas, el hipotálamo puede percibir correr rápido como una forma de escapar del peligroy falta de vitaminas como hambre. El centro envía señales de ansiedad al sistema reproductivo, lo que lleva al cuerpo a “creer” que no es el mejor momento para la reproducción.

Por eso, en lugar de deportes intensos, a la hora de planificar un embarazo saludable, es mejor realizar actividades físicas suaves.

Por ejemplo, largas caminatas al aire libre durante el día pueden ser beneficiosas: le gusta socializar o escuchar música, su cuerpo recibe oxígeno y vitamina D y sus músculos reciben ejercicio moderado.

Dejar de fumar

Cuando planeas quedar embarazada, dejar de fumar Es fundamental para la salud tanto de la futura madre como del bebé.

Fumar acelera la aparición de la menopausia en las mujeres, aumenta la probabilidad de deficiencia de estrógenos y perjudica el metabolismo. Si aún fumas, recuerda que debe pasar al menos un año entre el último cigarrillo y la concepción.

Si el embarazo ocurre inesperadamente, se debe dejar de fumar inmediatamente, ya que cada cigarrillo fumado puede afectar negativamente el desarrollo del embrión.

La nicotina y el alquitrán de los cigarrillos pueden alterar la circulación placentaria, provocando falta de oxígeno en el bebé y deficiencia de nutrientes y oligoelementos. La perspectiva de ser madre puede ser una buena motivación para dejar de fumar, por lo que es necesario considerar seriamente este paso ahora mismo.

Tomar complejos vitamínicos

Una de las vitaminas clave que las mujeres necesitan con regularidad, especialmente durante la planificación del embarazo, es el ácido fólico. Su deficiencia en el momento de la concepción aumenta significativamente el riesgo de defectos del tubo neural en el feto, que se forman dentro de los primeros 28 días después de la concepción.

Además, la falta de ácido fólico puede provocar otras anomalías del desarrollo y aumentar el riesgo de aborto espontáneo. También es importante consumir un complejo completo de vitaminas que lo acompañen.

Se ha comprobado que las propiedades protectoras del ácido fólico se manifiestan mejor en combinación con otras vitaminas de los grupos B, C y PP. El papel de las vitaminas No se deben subestimar A, C, E y D, así como el calcio, magnesio, zinc y otros oligoelementos.

Durante el embarazo, el cuerpo requiere una mayor cantidad de sangre para la formación de la placenta y el suministro al bebé. El hierro juega un papel crucial en los procesos de hematopoyesis. Si la dosis diaria habitual de hierro para una mujer es de 18 mg, durante el embarazo esta necesidad aumenta a 33 mg. Entonces, ¿dónde podemos conseguir todos los “materiales de construcción” necesarios para el cuerpo?

Además del ácido fólico, también es importante consumir inositol, que contribuye al desarrollo normal del feto y puede reducir el riesgo de que un niño nazca con trastornos del desarrollo. Myo inositol plus de Healblend es Un suplemento para aumentar la capacidad de concebir un niño sano. Es especialmente necesario para mujeres con períodos irregulares que planean un embarazo.

Aunque muchas vitaminas y nutrientes se obtienen de los alimentos, no todos se consumen en cantidades suficientes. Además, es posible que algunos productos no siempre estén disponibles en las cantidades necesarias en nuestra dieta debido al procesamiento térmico o a su ausencia en la dieta (por ejemplo, mariscos y verduras frescas).

Someterse a un examen

Como medida preventiva, las mujeres menores de 25 años deben someterse a pruebas de detección de Chlamydia trachomatis y micoplasma genital al menos una vez al año, y el ginecólogo prescribe pruebas adicionales sólo si se detectan síntomas alarmantes.

Las pruebas de anticuerpos en la sangre y la vacunación oportuna contra la rubéola pueden ayudar a prevenir riesgos no deseados. Para el feto, las enfermedades que no se limitan a cuestiones ginecológicas pueden suponer un peligro.

A la hora de planificar un embarazo, es fundamental saber si has tenido rubéola: el virus puede transmitirse de la madre al bebé y puede tener consecuencias graves para la salud del niño (como cataratas, sordera, defectos cardíacos y otras anomalías). ).

Prueba de anticuerpos en la sangre. y la vacunación oportuna contra la rubéola puede proteger contra riesgos no deseados. También es importante considerar las enfermedades maternas adquiridas a lo largo de la vida que pueden afectar negativamente el equilibrio hormonal y la función placentaria, como las enfermedades de la tiroides y la diabetes.

Si tiene dificultades para concebir, no se apresure a sacar conclusiones. La infertilidad es un diagnóstico clínico que se da a parejas sanas en edad reproductiva que han mantenido relaciones sexuales activamente durante un año sin concebir exitosamente. Sólo un médico puede diagnosticar la infertilidad, realizar exámenes, sugerir métodos de tratamiento o formas alternativas de concebir un hijo.

Mantener un estilo de vida saludable es primordial para las mujeres que buscan mejorar su fertilidad y aumentar sus posibilidades de concebir. Las investigaciones sugieren que el comportamiento sedentario, los malos hábitos alimentarios y el estrés afectan negativamente la fertilidad de la mujer.

Por lo tanto, adoptar un estilo de vida saludable desde el principio es crucial, ya que puede influir significativamente en la probabilidad de un embarazo exitoso. Priorizar una dieta equilibrada, incorporar suplementos vitamínicos, pasar más tiempo al aire libre, realizar relajación activa, dejar de fumar y limitar el consumo de alcohol.

Dormir lo suficiente también es vital: los expertos recomiendan entre 7 y 9 horas por noche, respetando horarios de sueño constantes. Establecer rutinas diarias antes de la concepción es fundamental para minimizar el estrés del cuerpo durante el embarazo, garantizando una adaptación más fluida y fomentando las condiciones óptimas para la concepción.

Al cultivar hábitos que promuevan la tranquilidad y la estabilidad, las personas pueden crear un entorno propicio para la fertilidad y la concepción de una descendencia sana.