El presentador de Partizán -quien mantiene una feliz relación desde hace siete años- también compartió cómo vivió ser homosexual desde pequeño. Recordó que a finales de los 90 y principios de los 2000 no se podía hablar del tema, era un tema mucho más grande que hoy en día y estaba afectado por el secretismo. Les dijo a los jóvenes de hoy que no guarden secretos, porque eso sólo puede traer problemas.
Márton Gulyás también dijo que ni ahora ni en el pasado hubo expresiones descaradamente homofóbicas
y después de una década de lucha, está feliz de poder sentarse en la misma mesa con sus padres y su pareja.
Conteniendo las lágrimas, el presentador de Partizán recordó que pasó 300 horas de servicio comunitario en el Menhely Alapítvány, que ayuda a las personas sin hogar y es crítico con el gobierno, que le fue impuesto porque arrojó botellas de pintura al Palacio Sándor durante una manifestación en abril de 2017.
Sobre la escandalosa entrevista
Por último, el presentador de Klubrádió también preguntó a Márton Gulyás sobre la entrevista que le hizo el año pasado al ex político del SZDSZ Ferenc Kőszeg y fundador del Comité Helsinki de Hungría.
En la entrevista que provocó un gran escándalo, el presentador del Partizán le preguntó a Kőszeg sobre su posición sobre la pedofilia, en referencia a un artículo publicado en 2011 en el que afirma: “la nueva mojigatería, después de que ya no es apropiado perseguir la homosexualidad, persigue agresivamente la pedofilia en toda relación afectiva entre adultos y niños imbuida de erotismo”.
Ferenc Kőszeg tampoco condenó claramente las relaciones entre profesores y alumnos.
En respuesta a la pregunta del locutor, Gulyás explicó que si desde algún punto de vista surgió durante la entrevista, Kőszeg no tiene la capacidad de autodeterminarse, aunque él mismo no la tenga, pero sus colegas, los editores “El freno de mano se habría accionado inmediatamente.” Ya hubo un ejemplo de esto, pero Gulyás no reveló con quién tuvo que detener la entrevista.