Los precios de la gasolina son los más altos en siete años y la inflación está en un máximo de 30 años, un doble golpe para las familias estadounidenses. La administración de Biden ha agravado la situación con nuevos requisitos regulatorios para los productores de petróleo y gas, así como con límites a la exploración nacional de petróleo y gas. Pero política en acción también cuesta a los estadounidenses en el surtidor. Considere el hecho de que la administración de Biden no tomó decisiones sobre el Estándar de combustibles renovables.
Bajo la RFS, la Agencia de Protección Ambiental, en consulta con el Departamento de Energía, establece los volúmenes anuales de combustible renovable, como etanol y biodiesel, que se mezclarán con el suministro de combustible del país. El Congreso estableció los parámetros generales de RFS en la ley en 2007, pero los objetivos específicos de volumen anual deben establecerse por reglamento para cada año venidero antes de que comience ese año.
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