China negocia un acuerdo en Medio Oriente
Arabia Saudita e Irán anunciaron que acordaron restablecer lazos diplomáticos el viernes después de años de luchar contra conflictos de poder. El acuerdo, facilitado por China, destaca la creciente importancia de Pekín en Oriente Medio y, según algunos, la menguante influencia de Estados Unidos allí.
Arabia Saudita e Irán dijeron que repararían una división de siete años reactivando un pacto de cooperación de seguridad caducado, y que cada uno reabriría una embajada en el otro país. Pero las diferencias son profundas y no estaba claro hasta dónde llegaría realmente el acercamiento.
La participación de China fue una sorpresa y señaló las ambiciones de Xi Jinping como estadista mundial en medio de un cambio en alianzas y rivalidades de larga data. “Este es uno de los desarrollos más locos y turbios que cualquiera podría haber imaginado”, escribió Peter Baker, nuestro corresponsal en jefe en la Casa Blanca.
Algunos funcionarios del Golfo Pérsico dicen que ya no pueden depender de EE. UU. para garantizar su seguridad y que China está lista para ofrecer armas, tecnología e inversiones sin condiciones. Y el príncipe heredero Mohammed bin Salman, el gobernante de facto de Arabia Saudita, está tratando de demostrar que el reino no es solo un “estado cliente” estadounidense.
Pero otros analistas advirtieron que el Príncipe Mohammed simplemente estaba adoptando un enfoque pragmático. Si bien Estados Unidos sigue siendo el socio de seguridad dominante del reino, dicen, Washington no podría haber negociado un acuerdo, dadas sus relaciones profundamente tensas con Irán.
Las ganancias de Irán: El acuerdo podría ser un alivio para el país, que enfrenta disturbios internos y una economía asaltada por duras sanciones.
Las ganancias de Arabia Saudita: El pacto podría ayudar a calmar las tensiones regionales que han provocado guerras costosas, como la de Yemen, que han disuadido a posibles inversores.
Los temores de Israel: Sus esperanzas de una coalición anti-iraní con Arabia Saudita pueden desvanecerse.
Los temores nucleares saudíes: Los funcionarios han expresado repetidamente su temor por el programa nuclear de Irán, diciendo que serían el principal objetivo de cualquier ataque. A cambio de normalizar las relaciones con Israel, el reino quiere garantías de seguridad de Estados Unidos y ayuda para desarrollar un programa nuclear civil.
El nuevo liderazgo de China
Xi Jinping asumió el viernes un tercer mandato sin precedentes como presidente de China. El voto unánime consolidó su dominio, mientras Xi prepara a China para una era de rivalidad entre superpotencias y busca revivir una economía maltratada.
La reunión de la Asamblea Popular Nacional, que finaliza hoy, también elevará a nuevos líderes por primera vez en cinco años, muchos de ellos leales a Xi. Su nuevo No. 2, Li Qiang, enfrenta el desafío de reactivar el crecimiento económico después de tres años de restricciones por el covid-19. Li supervisó el duro cierre de Shanghái el año pasado y probablemente tenderá una mano a un sector privado cauteloso.
El viernes, la Asamblea Popular Nacional también aprobó una serie de cambios regulatorios que reflejan los esfuerzos de Xi por centralizar el control del Partido Comunista.
Algunos cambios tienen como objetivo estabilizar el sector financiero y aumentar el poder del banco central en medio de una crisis inmobiliaria continua. Otros buscan impulsar la innovación tecnológica y científica para competir con Occidente. Y China centralizará cómo se gestionan sus datos, que considera la columna vertebral de su economía en el futuro.
Una prohibición de alcohol aborigen
Las autoridades australianas han restablecido una prohibición que impedía a las personas que vivían en la mayoría de las comunidades aborígenes comprar alcohol para llevar. La medida ha reavivado los debates sobre la raza y el control.
La prohibición estuvo vigente desde 2007 hasta julio pasado, cuando el Territorio del Norte la dejó expirar, calificándola de racista. Pero poco se había hecho en los años intermedios para abordar las graves desventajas subyacentes de las comunidades. Una vez que el alcohol volvió a fluir, hubo una explosión de delincuencia.
Los opositores creen que la prohibición, impuesta por un liderazgo mayoritariamente blanco, replica los efectos del colonialismo y distrae la atención de los problemas prácticos. Otros argumentan que los beneficios, como la reducción de la violencia doméstica y otros daños, podrían superar los efectos discriminatorios mientras se desarrollan soluciones a largo plazo.
Contexto: El debate ha estallado nuevamente cuando Australia comienza a discutir la consagración constitucional de un organismo indígena que asesoraría sobre políticas.
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La carrera para convertir el agua en combustible
Se están invirtiendo cientos de miles de millones de dólares en una apuesta de alta tecnología para hacer que el hidrógeno sea limpio, barato y ampliamente disponible. Los productores esperan encontrar clientes en la enorme industria minera de Australia, que actualmente depende de los combustibles fósiles.
El “hidrógeno verde” se obtiene mediante el uso de electricidad renovable para dividir las moléculas de agua. (Actualmente, la mayor parte del hidrógeno se produce utilizando gas natural). Debido a que la quema de hidrógeno emite solo vapor de agua, el hidrógeno verde evita las emisiones de dióxido de carbono de principio a fin.
El mayor impacto del hidrógeno verde podría estar en la producción de acero, que emite más dióxido de carbono que todos los automóviles del mundo. Tres de los cuatro mineros de minerales más grandes del mundo operan docenas de minas en el Outback de Australia, donde 10 millones de paneles solares nuevos y hasta 1,743 turbinas eólicas se utilizarán para producir hidrógeno verde. Este mes, una compañía siderúrgica abrirá la fábrica de electrolizadores más grande del mundo, produciendo máquinas que separan las moléculas de agua para aislar el hidrógeno.
Los críticos dicen que los proyectos de hidrógeno verde desvían la inversión de tecnologías más seguras de reducción de emisiones. Pero si se mantienen las proyecciones más optimistas, el hidrógeno verde en la industria pesada podría reducir las emisiones globales de carbono en al menos un 5 por ciento.