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Se suponía que uno de los grandes dividendos del Brexit sería un acuerdo comercial del Reino Unido con los EE. UU., que ayudaría a compensar el dolor económico de establecer barreras comerciales con la Unión Europea, el mayor socio comercial de Gran Bretaña.
Eso no sucederá pronto, lo que se suma a los problemas de una economía del Reino Unido acosada por un crecimiento lento, una libra que cae en picada y una alta inflación.