Asalto a restaurante en China revive atención sobre seguridad de mujeres

En imágenes del interior del restaurante con fecha de las 2:40 a. m. del viernes, se ve a un hombre con una sudadera con capucha oscura acercándose a una mesa con tres mujeres y poniendo su mano en la espalda de una de ellas. La mujer, con una camiseta blanca, trató de alejarlo gritando “Estás enfermo”, por lo que el hombre la abofeteó. Se produjo un tumulto, según muestra el video, cuando los amigos de la mujer intentaron ayudarla a defenderse del hombre y un grupo de hombres entró corriendo al restaurante. Algunos de los hombres arrastraron a la mujer de la camiseta blanca por el cabello, mientras que otros comenzaron a golpear a sus amigos, mostró el video.

Las imágenes del exterior del restaurante en una publicación separada del mismo usuario de Weibo mostraban a la mujer con una camiseta blanca siendo arrastrada hacia la acera, donde había otras mesas y comensales. El hombre que llevaba la sudadera con capucha pisoteó repetidamente su cabeza. El video muestra que otra mujer trató de empujar al hombre y fue arrojada a las escaleras del restaurante, aterrizando en la parte posterior de su cabeza.

Se escuchó la voz de una mujer gritando repetidamente “¡Está herida!” Entonces se escuchó la voz de un hombre que decía: “Golpéala hasta la muerte”. La mujer que cayó en las escaleras escapó fuera de la vista de la cámara, mostró el video. La mujer de camiseta blanca, que había estado tendida en la acera sin moverse, se puso de pie.

Southern Weekly, una revista con sede en la provincia de Guangdong, publicó un relato de una mujer que dijo haber presenciado el asalto en el restaurante y llamó a la policía después de ver que la mujer de la camiseta blanca estaba cubierta de sangre. La mujer, que inicialmente publicó su descripción del ataque en las redes sociales, no respondió a un mensaje enviado a su cuenta de Weibo.

El restaurante, cuyo nombre se traduce como “Old Seoul Barbecue”, cerró el sábado, informaron los medios locales. Las llamadas al restaurante quedaron sin respuesta. En una entrevista con una emisora ​​en línea, la dueña del restaurante dijo que trató de detener la pelea y pidió a otros que llamaran a la policía.

Las imágenes del incidente desde el interior y el exterior del restaurante abarcaron poco menos de cinco minutos en total. Fue publicado a las 3:30 am del viernes por un usuario cuya dirección IP está en Hebei, según Weibo, que recientemente comenzó a publicar la ubicación de los usuarios. El usuario de la cuenta de Weibo no respondió a las solicitudes de comentarios sobre cómo se recuperaron las imágenes de la cámara de seguridad.

Para el sábado por la noche, el video original había sido visto casi 65 millones de veces, lo que no incluye los reenvíos de otros. Uno de los hashtags sobre el incidente obtuvo casi 2.800 millones de visitas, lo que indica que millones de personas revisaron con frecuencia las actualizaciones, y 2 millones de comentarios al final del viernes.

El restaurante está en una zona de Tangshan con pequeños locales abiertos toda la noche a lo largo de una calle conocida entre los lugareños como “Barbecue Street” y frecuentada por jóvenes, especialmente en verano. Al igual que muchas otras ciudades en China, partes de Tangshan estuvieron bajo un bloqueo continuo para combatir los brotes de covid-19 en abril y mayo y solo reanudaron actividades, como comidas en el interior, en las últimas semanas.

El sábado, la policía local dijo que había detenido a nueve sospechosos y que dos mujeres que habían sufrido lesiones que no ponían en peligro sus vidas estaban siendo tratadas en el hospital y se encontraban en condición estable.

Las autoridades provinciales ordenaron que la investigación criminal del caso se trasladara a Langfang, una ciudad separada en Hebei, según un comunicado de la policía de Langfang el sábado por la noche. Tales movimientos pueden ser una señal de que las autoridades están tratando un caso como particularmente sensible o importante.

A principios de este año, la intensa atención de las redes sociales se centró en imágenes que mostraban a una mujer encadenada por el cuello en un cobertizo en la provincia de Jiangsu, en el este de China. Las autoridades locales inicialmente rechazaron las especulaciones de que la mujer, madre de ocho hijos, era víctima de trata de personas, la llamada novia comprada. Las autoridades confirmaron más tarde que la habían vendido en matrimonio y arrestaron a su esposo.

Muchos comentaristas en las redes sociales establecieron paralelismos entre el asalto de Tangshan y el caso de la mujer encadenada, cuyo manejo se elevó a niveles más altos de autoridad a medida que la indignación crecía en las redes sociales. Al comentar sobre el incidente del restaurante, Chi Fengsheng, un abogado con sede en el noreste de China que tiene 3,1 millones de seguidores en Weibo, escribió: “¿Qué pasaría con el caso sin la cámara de seguridad e Internet?”

El sufrimiento de las mujeres en Tangshan y la indignación pública son un sombrío recordatorio de que las mujeres en China son víctimas frecuentes de la violencia tanto en el hogar como en los lugares públicos, dijo Yaqiu Wang, investigador principal sobre China de Human Rights Watch.

“La razón por la que estos hombres sintieron que podían agredir libremente a la mujer por rechazar su acoso es porque en el pasado muchos hombres no han sido castigados por las autoridades por hacer lo mismo”, dijo la Sra. Wang.

El año pasado, un caso que involucró a una mujer asesinada por su exmarido mientras transmitía en vivo llamó la atención sobre la falta de protección para las mujeres que intentan salir de matrimonios abusivos. Un tribunal condenó a muerte al exmarido de la mujer en octubre.

Si bien algunos usuarios de las redes sociales y los medios de comunicación estatales criticaron a la policía de Tangshan por demorarse en detener a los sospechosos del asalto, algunos también atribuyeron parte de la culpa del tumulto a las mujeres, cuestionando por qué estaban fuera tan tarde en la noche y diciendo que no debería haber contraatacado. Los esfuerzos para comunicarse con la policía de Tangshan no tuvieron éxito.

Una residente de Tangshan dijo que solía comer brochetas de cordero en los restaurantes a altas horas de la noche con sus amigos antes de tener una hija hace dos años. Maestra en una universidad local, dijo que todavía estaba conmocionada horas después de ver las imágenes.

“No puedo dormir porque podría ser yo”, dijo la maestra. “Será mi niña cuando crezca si no hacemos nada”.

—Qianwei Zhang contribuyó a este artículo.

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