El secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, fue nuevamente ingresado en una unidad de cuidados intensivos en Washington para tratar un problema de vejiga, calificado de urgente. La semana pasada, los médicos identificaron cáncer de próstata tras pruebas de laboratorio realizadas por él.
“Después de una serie de exámenes y evaluaciones, el secretario fue ingresado en la unidad de cuidados intensivos del Centro Médico Militar Nacional Walter Reed para recibir cuidados de apoyo y un seguimiento estrecho”, dijo el Pentágono en un comunicado publicado el domingo (11).
Este lunes (12), la unidad médica anunció en un boletín que había detectado “problemas emergentes” en la vejiga de Austin, sin dar más detalles.
Durante la tarde, el hospital informó que Austin se sometió a procedimientos no quirúrgicos bajo anestesia general para resolver el cuadro y que se espera que se recupere por completo y retome sus funciones este martes (13).
Republicanos y demócratas incluso criticaron la “desaparición” de Austin el mes pasado después de que se hiciera público que ni siquiera el presidente estadounidense Joe Biden sabía que estaba enfermo y no podía desempeñar sus funciones, lo que causó vergüenza a la Cámara Blanca. Austin dijo que era su responsabilidad no informar hospitalizaciones.
Algunos republicanos destacados, incluido el expresidente Donald Trump, han pedido que Austin sea destituido de su cargo. El Secretario de Defensa, sin embargo, cuenta con el apoyo de Biden: el presidente dijo que confía en Austin, a pesar de definir lo que llamó problemas de comunicación como un “error de juicio”.
Con el anuncio de la hospitalización del secretario y la rápida decisión de transferir sus funciones a la subsecretaria de Defensa Kathleen Hicks, el Pentágono parece decidido a evitar que se repita la fricción política que se produjo el mes pasado tras la “desaparición” de Austin.
El pronóstico del cáncer de Austin “sigue siendo excelente” y no se espera que el problema de vejiga altere su recuperación total, dijeron sus médicos.
Austin, un general retirado de cuatro estrellas que dirigió las fuerzas estadounidenses en Irak y es el primer secretario de Defensa estadounidense negro, todavía estaba en el hospital el mes pasado cuando las fuerzas de Washington lanzaron un ataque de represalia contra un líder de la milicia respaldada por Irán en Bagdad.
Respecto a su “desaparición”, Austin deberá esclarecer el caso ante el Congreso, en una audiencia prevista para el día 29.
Hay tres investigaciones sobre el comportamiento del secretario, incluida una realizada por la oficina del inspector general del Pentágono, que dirige una agencia de vigilancia para rastrear el despilfarro, el fraude y el abuso militares.
Austin tenía en su agenda un viaje a Bruselas para reunirse este miércoles (14) con los ministros de Defensa de los países miembros de la OTAN, la alianza militar occidental, y para una reunión separada con los aliados en la guerra de Ucrania. Canceló su viaje tras recientes acontecimientos relacionados con su salud.