MIAMI — Estados Unidos estaba en problemas.
El campeón defensor del Clásico Mundial de Béisbol estaba detrás de Venezuela por dos carreras en la octava entrada de los cuartos de final el sábado por la noche en el LodDepot Park. Frente a un equipo duro que había superado la lesión de un jugador estrella para tomar la delantera, el derecho a avanzar a semifinales estaba en juego.
Luego, el campocorto Trea Turner, de 29 años, se acercó al plato. Con las bases llenas, Turner envió una pelota a los asientos del jardín izquierdo, robando el impulso del juego en lo que terminó siendo una victoria de EE. UU. por 9-7. Después de conectar el grand slam, Turner soltó su bate, bombeó sus brazos mientras saltaba fuera de la caja de bateo y se volvía hacia sus compañeros de equipo para gritar.
“Individualmente, es probablemente el hit más grande que he tenido”, dijo Turner, quien ganó la Serie Mundial de 2019 con los Nacionales de Washington. El gerente de Estados Unidos, Mark DeRosa, agregó: “Es uno de los mejores juegos en los que he formado parte”.
Estados Unidos, que ganó el CMB la última vez que se jugó en 2017, ahora enfrentará a Cuba el domingo por la noche en un duelo cargado de simbolismo, historia y emociones. Quien salga victorioso se enfrentará al ganador de la otra semifinal, entre Japón y México el lunes. La final del CMB será el martes.
En un torneo que ha brindado varios momentos emocionantes y partidos cerrados, también ha habido algo de dolor. Mientras celebraba una victoria por 5-2 sobre República Dominicana el miércoles, el cerrador puertorriqueño y estrella de los Mets, Edwin Díaz, se desgarró el tendón rotuliano de la rodilla derecha. Se sometió a una cirugía al día siguiente y probablemente esté fuera para la temporada 2023.
El sábado, otro jugador destacado resultó herido: el segunda base de Venezuela y estrella de los Astros de Houston, José Altuve, salió del juego en la quinta entrada cuando el relevista estadounidense Daniel Bard, cuyo comando había sido descontrolado, lo golpeó con una recta de 96 millas por hora. Altuve cayó al suelo y abandonó el juego agarrado de la mano derecha. Los Astros dijeron que Altuve estaba siendo examinado.
“Estoy muy preocupado”, dijo el mánager de Venezuela, Omar López, quien también es entrenador de los Astros. “Estoy triste. Estoy frustrado.”
Desde el comienzo del sábado, Estados Unidos pareció tener el control y tomó una ventaja temprana con su alineación repleta de estrellas. Pero Venezuela luchó para recuperar el juego, y los equipos intercambiaron golpes a medida que avanzaban las entradas, con la multitud pendiente de cada lanzamiento.
“No puedes hacer esto mucho, especialmente tan temprano en el año, teniendo esta energía en el estadio”, dijo Turner. “Probablemente fue el juego más ruidoso en el que he jugado”.
Cuando Estados Unidos se adelantó 3-0 en la parte alta de la primera entrada, Venezuela respondió rápidamente en la mitad inferior cuando el primera base Luis Arráez conectó un batazo de dos carreras. En la quinta entrada, Estados Unidos estiró su ventaja a 5-2 gracias a un jonrón solitario del jardinero izquierdo Kyle Tucker frente a su compañero de equipo en los Astros, Luis García. Pero Venezuela contraatacó una vez más.
Estados Unidos fue socavado por el mando rebelde de Bard y Venezuela tomó una ventaja de 6-5 en la mitad inferior del marco. Mientras que el receptor Salvador Pérez empató el marcador con un doble y Ronald Acuña Jr. proporcionó la carrera de la ventaja con un elevado de sacrificio, Venezuela perdió a Altuve. Y dos entradas más tarde, Arráez conectó su segundo jonrón para darle a su equipo una ventaja de 7-5, provocando un frenesí en una multitud que se sentía mayoritariamente venezolana.
Pero todo eso preparó el escenario para el dramático regreso de Estados Unidos en la octava entrada. Después de que el segunda base Tim Anderson recibió base por bolas y el bateador emergente Pete Alonso conectó un sencillo, el receptor JT Realmuto fue golpeado por un lanzamiento para llenar las bases para su nuevo compañero de equipo de los Filis de Filadelfia, Turner, quien bateaba último en esta alineación cargada. Y cuando Turner vio un cambio en el medio del plato de Silvino Bracho, pudo salvar el día.
“Cuando Trea golpeó esa pelota, honestamente, vi a unos 35 muchachos, incluidos los entrenadores, perder el conocimiento y perder la cabeza por un minuto”, dijo DeRosa. “Fue un momento increíble”.