SACRAMENTO, California — El viernes, el gobernador Gavin Newsom perdonó póstumamente a un activista del aborto de las décadas de 1930 y 1940, actuando días antes de que los californianos terminen de votar si consagrar mayores protecciones en la Constitución estatal en respuesta a una decisión reciente de la Corte Suprema de EE. UU.
Laura Miner fue condenada en 1949 por aborto y concierto para abortar. Fue sentenciada a cuatro años de prisión por los dos delitos graves y murió en 1976.
“Todavía puedo mantener la cabeza erguida y me respeto a mí misma porque mi conciencia está tranquila”, escribió mientras cumplía su condena en prisión. “He ayudado a la humanidad; algún día será legal que un médico ayude a una mujer que luego tendrá derecho a decidir por sí misma cuántos hijos tendrá y cuándo”.
Su declaración resultó profética, por un tiempo. La Corte Suprema de los EE. UU. en la histórica decisión Roe v. Wade dictaminó en 1973 que las protecciones bajo la Constitución de los EE. UU. incluían el derecho a abortar.
Pero la mayoría del tribunal superior a principios de este año dijo que eso depende de los estados individuales. Mayores protecciones también están ante los votantes la próxima semana en Michigan y Vermont, y restricciones en Kentucky y Montana.
Newsom, un demócrata que apoya activamente el cambio constitucional propuesto, en un comunicado llamó a Miner “un poderoso recordatorio de las generaciones de personas que lucharon por la libertad reproductiva en este país, y los riesgos que tantos estadounidenses enfrentan ahora en un post-Roe mundo.”
La campaña No a la Proposición 1 no comentó directamente sobre el indulto de Newsom, pero dijo en un comunicado que el gobernador espera que la medida “funcionará políticamente para él”, mientras que expandir los derechos de aborto “finalmente sería peligroso para las mujeres de California”.
La Constitución original de California de 1850 penalizaba los abortos, pero Miner estuvo entre quienes los proporcionaron en un momento en que el aborto todavía era ilegal en California, excepto cuando fuera necesario para proteger la vida de una mujer. Lo hizo en San Diego desde 1934 hasta 1948, hasta que ella y su personal fueron arrestados.
Fue condenada en el Tribunal Superior de San Diego en 1949 y, a partir de los 50 años, cumplió 19 meses de prisión y 27 meses en libertad condicional.
Miner brindó atención médica a los pacientes en una escala móvil de tarifas, utilizando los pagos de sus clientes ricos y, a veces, famosos para cubrir a los indigentes. Era quiropráctica con licencia, según una cuenta en línea de su nieta, quien la llamó “excéntrica, terca y siempre independiente”.
El Journal of American History dijo que dirigía una clínica de abortos de nueve habitaciones y era parte del Pacific Coast Abortion Ring en 1935 y 1936.
Miner fue arrestada después de que un investigador de la oficina del fiscal de distrito mantuvo su clínica bajo vigilancia durante casi tres meses, según su apelación fallida de su condena. Incluso intentó una intervención telefónica temprana, ingresando a la clínica por la noche con la intención de instalar un dictáfono.
Cuando era joven, vio a su madre casi morir por un aborto ilegal fallido. Su madre murió cuando ella tenía 9 años, según la oficina de Newsom, dejando atrás a Miner y siete hermanos. Ella misma tuvo cuatro hijos, dos de los cuales murieron de una enfermedad cuando eran bebés.
“La Sra. Miner le dio a las mujeres una alternativa segura en una era oscura para los derechos reproductivos”, dijo en un comunicado Alicia Gutiérrez-Romine, profesora de historia en la Universidad La Sierra en Riverside, California e historiadora de la historia de la medicina.