La emboscada de cuatro hombres musulmanes en Albuquerque, Nuevo México, sacudió a la comunidad pero inspiró una avalancha de información, incluida una pista que condujo al arresto de un musulmán local originario de Afganistán que conocía a las víctimas, dijeron las autoridades.
Muhammad Syed, de 51 años, fue arrestado el lunes después de una parada de tráfico a más de 160 kilómetros (100 millas) de su casa en Albuquerque. Fue acusado de matar a dos víctimas y fue identificado como el principal sospechoso de los otros dos asesinatos, anunciaron las autoridades el martes.
La comunidad musulmana está respirando “un increíble suspiro de alivio”, dijo Ahmad Assed, presidente del Centro Islámico de Nuevo México. “Se han puesto vidas al revés”.
No quedó claro de inmediato si Syed tenía un abogado para hablar en su nombre.
El primer asesinato en noviembre pasado fue seguido por tres más entre el 26 de julio y el 5 de agosto.
El jefe de policía Harold Medina dijo que aún no estaba claro si las muertes deberían clasificarse como crímenes de odio, asesinatos en serie o ambos.
Syed era de Afganistán y había vivido en Estados Unidos durante unos cinco años, dijo la policía.
“El delincuente conocía a las víctimas hasta cierto punto, y un conflicto interpersonal puede haber llevado a los tiroteos”, dijo un comunicado de la policía, aunque los investigadores todavía estaban trabajando para identificar cómo se habían cruzado.
Cuando se le preguntó específicamente si Syed, un musulmán sunita, estaba enojado porque su hija se había casado con un musulmán chiíta, el comandante adjunto de policía. Kyle Hartsock no respondió directamente. Dijo que “los motivos todavía se están explorando completamente para entender cuáles son”.
Assed reconoció que “hubo un matrimonio”, pero advirtió que no se debe sacar ninguna conclusión sobre la motivación de Syed, quien ocasionalmente asistía a la mezquita del centro.
La policía dijo que Syed les dio una declaración pero no reveló detalles.
Los asesinatos llamaron la atención del presidente Joe Biden, quien dijo que tales ataques “no tienen cabida en Estados Unidos”. También estremecieron a las comunidades musulmanas de los EE. UU. Algunas personas cuestionaron su seguridad y limitaron sus movimientos.
“No hay justificación para este mal. No hay justificación para quitarle la vida a un inocente”, dijo Nihad Awad, director ejecutivo del Consejo de Relaciones Estadounidenses-Islámicas, en una conferencia de prensa el martes en Washington, DC.
Llamó a los asesinatos “comportamiento trastornado”.
El primer caso involucra el asesinato en noviembre de Mohammad Ahmadi, de 62 años, de Afganistán.
Naeem Hussain, un hombre de 25 años de Pakistán, fue asesinado el viernes por la noche. Su muerte se produjo pocos días después de las de Muhammad Afzaal Hussain, de 27 años, y Aftab Hussein, de 41, también paquistaníes y miembros de la misma mezquita.
Ehsan Chahalmi, el cuñado de Naeem Hussain, dijo que él era “un alma generosa, amable, generosa, que perdona y amorosa que nos ha sido arrebatada para siempre”.
Por ahora, Syed está acusado de los asesinatos de Aftab Hussein y Muhammad Afzaal Hussain porque los casquillos de bala encontrados en las escenas del crimen estaban vinculados a un arma encontrada en su casa, dijeron las autoridades.
Los investigadores consideran que Syed es el principal sospechoso de las muertes de Naeem Hussain y Ahmadi, pero aún no han presentado cargos en esos casos.
El anuncio de que los tiroteos parecían estar vinculados produjo más de 200 pistas, incluida una de la comunidad musulmana a la que la policía atribuyó haberlos llevado a la familia Syed.
La policía dijo que estaban a punto de registrar la casa de Syed en Albuquerque el lunes cuando lo vieron alejarse en un Volkswagen Jetta que los investigadores creen que se usó en al menos uno de los asesinatos.
Los agentes lo siguieron hasta Santa Rosa, a unos 177 kilómetros (110 millas) al este de Albuquerque, donde lo detuvieron. Se recuperaron múltiples armas de fuego de su casa y automóvil, dijo la policía.
Los hijos de Syed fueron interrogados y liberados, según las autoridades.
Los fiscales esperan presentar cargos de asesinato en un tribunal estatal y están considerando agregar un caso federal, dijeron las autoridades.
Los chiítas constituyen la segunda rama más grande del Islam después de los sunitas.
Aneela Abad, secretaria general del centro islámico, dijo que las dos comunidades musulmanas en Nuevo México disfrutan de lazos cálidos.
“Nuestra comunidad chiita siempre ha estado ahí para nosotros y nosotros, los sunitas, siempre hemos estado ahí para ellos”, dijo.
Muhammad Afzaal Hussain había trabajado como organizador de campo para la campaña de la representante demócrata Melanie Stansbury.
“Muhammad era amable, esperanzado, optimista”, dijo, describiéndolo como un urbanista “que creía en la democracia y el cambio social, y que creía que podíamos, de hecho, construir un futuro mejor para nuestras comunidades y para nuestro mundo. ”
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Dazio informó desde Los Ángeles y Fam desde Winter Park, Florida. El periodista de Associated Press Robert Jablon en Los Ángeles contribuyó a este despacho.