La economía de la eurozona continuó su expansión durante el verano mientras la región se recuperaba de una recesión de doble caída, mostraron los datos publicados el viernes. Pero esa recuperación se ve obstaculizada por los cuellos de botella de la cadena de suministro y la escasez de mano de obra que están haciendo subir los precios. En octubre, la tasa de inflación anual saltó a 4,1 por ciento, mostró un informe separado.
Eso coincide con la tasa de inflación más alta jamás registrada en la eurozona, alcanzada por última vez a mediados de 2008, según datos de la agencia europea de estadísticas.
El mes anterior, la inflación aumentó un 3,4 por ciento respecto al año anterior. Un aumento en los precios del gas natural, causado por varios factores, entre ellos la escasez de existencias, la oferta decepcionante de Rusia y la demanda de China, es uno de los principales impulsores de la inflación. Los precios de la energía aumentaron casi un 24 por ciento en octubre respecto al año anterior.
El producto interno bruto en la eurozona aumentó un 2,2 por ciento en el tercer trimestre, un ritmo de crecimiento ligeramente más rápido que en el trimestre anterior del 2,1 por ciento, dijo también el viernes la agencia de estadísticas de la región.
La economía se está recuperando de una recesión a fines de 2020 y en el primer trimestre de este año, cuando una segunda ola de la pandemia de coronavirus provocó fuertes restricciones sociales en toda la región. A medida que las empresas han reabierto y los consumidores han regresado a los restaurantes y a los viajes, se espera que la producción económica supere su nivel previo a la pandemia para finales de año, según el Banco Central Europeo.
“De ahora en adelante, espere moderación”, escribió Bert Colijn, economista de ING Bank, en una nota a los clientes. “Los primeros efectos rebote están disminuyendo, lo que conducirá a un crecimiento del PIB naturalmente más lento. Además de eso, la escasez de insumos y los problemas de la cadena de suministro se suman a los problemas de fabricación “.
Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo, también dijo el jueves que esperaba que el impulso económico se desacelerara, y el banco decidió mantener sin cambios su postura monetaria laxa. Añadió que la alta inflación y los cuellos de botella de la cadena de suministro durarían más de lo esperado inicialmente, pero los funcionarios confiaban en que se aliviarían durante el próximo año.
“Hicimos mucha introspección para probar el análisis”, dijo Lagarde el jueves sobre el estudio de inflación del banco central. Y confía en que los factores que impulsan los precios al alza, incluido un desajuste en la oferta y la demanda, son temporales y que la inflación disminuirá durante el próximo año. “Por supuesto, tomará un poco más de lo que esperábamos”, agregó.