La crisis económica de Turquía entró en una nueva fase tumultuosa, con su moneda cayendo a un nuevo mínimo histórico y el presidente Recep Tayyip Erdogan preparándose para reunirse con el líder de un rival regional en busca de inversión extranjera.
La lira se deslizó hasta un 12% el martes, amenazando con sacudir aún más la economía al socavar la confianza, dificultando que las empresas paguen la deuda en moneda extranjera y aumentando el costo de los bienes importados, especialmente el petróleo. Eso empujaría la tasa de inflación, actualmente en alrededor del 20%, incluso más alta, perjudicando aún más a los hogares, dicen los analistas.
.