Desbloquea el Editor’s Digest gratis
Roula Khalaf, editora del FT, selecciona sus historias favoritas en este boletín semanal.
Los aliados de Pedro Sánchez lo han instado a permanecer en el cargo mientras el primer ministro español evalúa si renunciará después de los ataques de la derecha que llevaron a una investigación por corrupción contra su esposa.
El primer ministro socialista, en el poder desde 2018, sacudió al país el miércoles al decir que pasaría los próximos días reflexionando sobre su futuro después de que un juez abriera una investigación preliminar sobre su esposa por acusaciones de corrupción.
El opositor Partido Popular (PP) lo acusó el jueves de crear un vacío de poder para ganarse la “compasión” de los votantes.
María Jesús Montero, viceprimera ministra, dijo que los aliados buscaban enviar “energía positiva” a Sánchez mientras proliferaban las dudas sobre las bases de la medida del juez, que fue motivada por una queja de Manos Limpias, un grupo de campaña con vínculos con la extrema derecha.
Un fiscal presentó el jueves un recurso de apelación para desestimar el caso. Fue abierto por el juez tras una denuncia del grupo que incluía recortes de prensa de organizaciones de noticias de derecha.
Manos Limpias reconoció que algunas de las historias podrían resultar falsas. “Corresponderá ahora al juez de instrucción verificar si estas informaciones de prensa son ciertas o no”, afirmó el jueves.
En su denuncia, el grupo alegó que la esposa de Sánchez, Begoña Gómez, había recibido favores de empresas privadas que ganaron licitaciones gubernamentales y recibieron fondos públicos.
Manos Limpias alegó que Gómez recibió favores de directivos de Air Europa y de su matriz, Globalia, en su calidad de directora de un centro de investigación universitario. El grupo de campaña vincula su actividad con un rescate de 475 millones de euros que recibió la aerolínea a finales de 2020. Sánchez describió todas las supuestas irregularidades como “inexistentes”.
Las dos empresas dijeron el mes pasado que siempre habían actuado dentro de la ley y pidieron que las “mantuvieran fuera de la disputa política”.
En una carta abierta al país, Sánchez dijo que fue víctima de una campaña de “hostigamiento y destrucción” que duró años y fue orquestada por fuerzas de derecha, incluido el PP y el partido de extrema derecha Vox. Anunciará su decisión el lunes.
Montero dijo el jueves: “Ahora mismo estamos todos muy centrados en que la decisión que tome el lunes sea la de seguir al frente de un proyecto que es fundamental para este país”.
Emiliano García-Page, líder regional socialista, dijo que el primer ministro había tomado una “decisión emocional” al publicar la carta.
Sánchez escribió: “Me pregunto legítimamente: ‘¿Vale la pena todo esto?’ Honestamente no lo sé”. Un ex primer ministro socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, dijo que su mensaje a Sánchez fue: “Por supuesto que vale la pena, Pedro”.
Los ataques del PP a Sánchez continuaron el jueves. Isabel Díaz Ayuso, presidenta del gobierno regional de Madrid, dijo que la carta era “vergonzosa porque nos deja en un vacío de poder”.
Alberto Núñez Feijóo, líder del PP, dijo que el primer ministro había lanzado una “operación de supervivencia política” que buscaba “movilizar a la gente con su compasión porque ya no puede hacerlo con su historial”.
“Pero la imagen de toda una nación no puede ser secuestrada por la estrategia electoral y judicial del Partido Socialista”, añadió.
Sánchez tiene varias opciones si no quiere volver a la normalidad la próxima semana. Podría someterse a un voto de confianza en el Parlamento, buscando consolidar su posición reagrupando a los siete partidos cuyos votos le permitieron asegurar otro mandato en noviembre pasado.
Si renuncia, podría buscar ungir a un nuevo líder socialista que necesitaría ser aprobado por el parlamento actual, o disolver el parlamento y convocar elecciones generales. Pero como la ley española no permite que el parlamento se disuelva más de una vez en un período de 12 meses, no se podrían celebrar nuevas elecciones antes de julio.