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Un modus operandi “obsesivo” según el relato de sus acusadoras

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Un modus operandi “obsesivo” según el relato de sus acusadoras

Implicado por unas sesenta mujeres hasta la fecha, el psicoanalista más conocido de la PAF habría aplicado un modus operandi particular para atraer a sus presas.

Desde hace un mes se acumulan las denuncias contra Gérard Miller. Varias mujeres acusan al famoso psicoanalista de violación o agresión sexual. En total, ya son 67 los que han contado a la revista sus traumáticas experiencias ellaqquien revela nuevos testimonios este jueves 29 de febrero. Cinco denunciaron violación y veintidós denunciaron agresión sexual. Cuando otros hablan de “sesiones de hipnosis abortadas”, “acercamientos insistentes” y “acoso”. Pero, sobre todo, a lo largo de estas historias, queda claro un procedimiento operativo bien elaborado. La de un depredador en “una búsqueda casi obsesiva de mujeres muy jóvenes”.

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“Menores y vulnerables”

Gérard Miller habría mantenido así relaciones con chicas de secundaria menores de 18 años, “a las que habría impuesto relaciones sexuales en grupos de 3 o 4, con otras menores”, se lee en la investigación del ella, firmado Alice Augustin y Cécile Ollivier. Nuevas revelaciones que estarían respaldadas por pruebas materiales: fotografías, diarios, SMS o postales.

De hecho, el psicoanalista más conocido de la PAF tenía un típico perfil de “presa”. De hecho, se habría dirigido a “niñas jóvenes, menores y vulnerables”. Si bien no todos los denunciantes denuncian violaciones o agresiones sexuales, algunos describen las relaciones de control o sumisión que acabó estableciendo Gérard Miller. Una relación de dominación que les habría llevado a aceptar finalmente las relaciones sexuales. “Lo cual es similar a la corrupción menor”, ​​especifica el ella.

Sesión de cine en casa e hipnosis.

Gérard Miller detectó estos “objetivos” entre la audiencia de sus programas de televisión (“Lo intentamos todo” en France2) o de la radio (“On va s’gêner”, retransmitida en Europa1), pero también en la Universidad París 8, donde es profesor. emeritus; Allí enseñó y dirigió el departamento de psicoanálisis durante unos diez años. Después de hacer el contacto inicial, les daba su número, los invitaba a compartir un panqueque o a asistir a un espectáculo, e incluso los llevaba a visitar los bastidores de los televisores (como “Vivement Dimanche”). Evidentemente, hizo todo lo posible para atraer a estas jóvenes, apenas salidas de la adolescencia, que a menudo viven en la Provincia y tienen curiosidad por descubrir la capital. Entonces la trampa se cerró sobre ellos. Gérard Miller les propuso un segundo encuentro, esta vez en su casa. Allí les propuso probar sesiones de hipnosis y realizó algunas de ellas en el cine de su casa, en el sótano de su casa.

Allí me sirvió algo de beber, en el sofá. (…) Después… es un agujero negro total

Audrey, en la revista “Elle”

“Me sentí un poco incómoda”, recuerda una de sus acusadoras, Audrey (tenía 17 años en el momento del incidente), en las columnas de ella. “Allí me sirvió algo de beber, en el sofá. Luego me rodeó el hombro con el brazo y retrocedí. Después… es un agujero negro total. Más tarde, me desperté en un dormitorio de arriba. Estaba en la cama, él vino a mi lado. Ahí empezó todo. Seguí pensando: “¿Cuándo puedo decir que pares?” Me bajó los pantalones para mirar mi coxis. Me había caído por la tarde y tenía dolor. Luego se deslizó bajo las sábanas”.

Para Zoé, que también tenía 17 años cuando conoció a Gérard Miller (entonces tenía 52 años), el procedimiento fue similar. Ella también fue invitada al psicoanalista. Y al igual que Audrey, ella no escapa a la casilla de la “sala de proyección”. “Me pide que me siente en el sofá. Allí, de repente, se vuelve muy emprendedor. Estoy muy nervioso. Quiere besarme aunque sabe que me gustan las chicas. Nunca me he acostado con nadie, le digo que no quiero”, dice la mujer que dice que luego tuvo relaciones sexuales sin protección con el cincuentón. “Es tan fácil someter a un adolescente, no hace falta violencia…”, analiza, veinticuatro años después de los hechos que denuncia. Zoé, Audrey y muchos otros… Desde hace varias semanas, los testimonios no dejan de llegar. Gérard Miller y su abogado aún no han reaccionado a estas nuevas revelaciones.

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