El olor corporal materno le indica a los bebés que pueden entablar relaciones de manera segura con otros adultos, un rasgo que puede haber evolucionado para que las madres puedan compartir la carga de la crianza de los hijos.
Humanos
10 de diciembre de 2021
Los bebés son más receptivos socialmente a mujeres desconocidas cuando pueden oler el olor corporal natural de su madre, lo que sugiere que el olor materno funciona como una señal de seguridad.
Investigaciones anteriores han encontrado que las firmas olfativas únicas de las madres permiten que sus bebés las reconozcan y tengan un efecto calmante cuando tienen dolor.
Yaara Endevelt-Shapira del Centro Interdisciplinario en Herzliya, Israel, y sus colegas se preguntaron si las señales del olor materno también cambian la forma en que los bebés responden a los extraños.
Le pidieron a 62 madres que usaran camisetas de algodón durante dos noches consecutivas y que evitaran usar desodorante u otros productos perfumados, para que su olor natural se contagiara a la ropa.
Luego, amarraron a sus bebés, de 7 meses en promedio, a sillas y les presentaron a una mujer desconocida que tenía aproximadamente la misma edad que su madre, vivía en la misma zona y era madre.
Cuando los bebés tenían la camiseta de su madre debajo de la nariz, eran más propensos a sonreír, reír y mirar al extraño que si estuvieran oliendo una camiseta idéntica sin usar.
Los dispositivos de electroencefalografía (EEG) colocados en las cabezas de ambos participantes mostraron que las ondas cerebrales eléctricas de los bebés también tenían más probabilidades de sincronizarse con las del extraño cuando podían oler la camiseta de su madre. El mismo tipo de sincronización de ondas cerebrales se encuentra entre los bebés y sus madres cuando se miran el uno al otro y se cree que es una señal de que sienten una conexión mutua.
Los hallazgos sugieren que “los olores corporales maternos pueden ayudar a los bebés a hacer la transición a grupos sociales, explorar nuevos entornos y comunicarse con parejas desconocidas”, dice Endevelt-Shapira.
Esto podría explicar por qué traer un “objeto de transición” como una manta o un peluche de casa puede ayudar a los niños pequeños a instalarse en la guardería, porque puede oler un poco a su madre, dice Endevelt-Shapira. Los investigadores no analizaron si el olor de los padres u otros cuidadores familiares puede tener un efecto similar.
Los bebés humanos se benefician del vínculo con adultos que no son sus padres porque son más indefensos que los jóvenes de otras especies y, a menudo, requieren un círculo más amplio de atención, dice Endevelt-Shapira. Ésta puede ser la razón por la que el olor materno facilita estas relaciones externas, dice.
El estudio actual encontró que el olor materno ayuda a los bebés a vincularse con mujeres que son similares a sus propias madres, pero se necesita más investigación para ver si el efecto se extiende a mujeres de diferentes culturas y hombres, dice Endevelt-Shapira.
Referencia de la revista: Avances de la ciencia, DOI: 10.1126 / sciadv.abg6867
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