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El hielo marino del Ártico siente el calor

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En nuestro artículo mensual, Entonces y ahora, revelamos algunas de las formas en que el planeta Tierra ha estado cambiando con el telón de fondo de un mundo que se calienta. La reducción del hielo marino en el Ártico no es solo una señal del cambio climático, sino que está provocando que el planeta se caliente más rápidamente. Esto se debe a que el océano más oscuro absorbe más luz solar, en lugar de reflejarse en el espacio.

El hielo marino del Ártico juega un papel importante en el control de la temperatura del planeta, y cualquier problema con este termostato natural es motivo de preocupación.

Las cifras de la agencia espacial estadounidense (Nasa) sugieren que la pérdida de la extensión mínima del hielo marino en el Ártico es del orden del 13,1% por década, según el promedio de 1981 a 2010.

El Cuarto Informe de Evaluación del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) en 2007 concluyó que la creciente concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera como resultado de la actividad humana fue la principal responsable de la disminución de la extensión del hielo marino en la región.

La desaparición del hielo marino en un mundo en calentamiento también contribuye al aumento de la temperatura media de la superficie. Se estima que el hielo marino refleja el 80% de la luz solar de regreso al espacio, lo que significa que no calienta la superficie.

Pero cuando el hielo marino se ha derretido, la superficie del océano más oscura queda expuesta, que absorbe alrededor del 90% de la luz solar que lo golpea. Esto resulta en el calentamiento de la región.

Este fenómeno se conoce como efecto Albedo y ocurre porque las superficies claras reflejan más calor que las superficies oscuras.

Punto de fuga

La congelación y el deshielo del océano en el Ártico es una ocurrencia estacional, con la congelación alcanzando su punto máximo en marzo y el derretimiento alcanzando su máximo en septiembre.

Sin embargo, los datos de las observaciones sobre el terreno y de los satélites nos dicen que la extensión del hielo marino en la región polar ártica está disminuyendo a medida que el planeta se calienta.

A medida que esto ocurre, el albedo (o reflectividad) se reduce, porque las aguas oscuras del océano absorben más calor que el hielo marino más claro. Esto, a su vez, hace que la tierra y los océanos se calienten aún más.

En última instancia, temen los científicos, la creciente cantidad de terreno expuesto en regiones tradicionalmente cubiertas de nieve desencadenará un “punto de inflexión”. Aquí es donde el calentamiento de la atmósfera llega a un punto en el que las intervenciones humanas ya no podrán detenerlo.

Mundo más pequeño y cálido

Otro impacto de la disminución de la densidad del hielo en la región polar norte es la apertura del Paso del Noroeste. Esta ruta comercial une el Océano Atlántico Norte con el Océano Pacífico Norte.

El Pasaje del Noroeste

Desde el siglo XIX, ha habido un clamor por encontrar una ruta navegable a través de las aguas heladas del Ártico entre Groenlandia y las islas árticas de Canadá.

Ha sido durante mucho tiempo una persecución mortal para los marineros que desafiaron el paisaje marino helado. Sin embargo, algunos expertos estiman que la ruta será comercialmente viable en un futuro próximo a medida que el hielo marino se retire en los meses de verano.

Para algunos, revolucionará el sector del transporte marítimo mundial. Para otros, es un desastre a la espera de suceder.

Los grupos ambientalistas temen que un volumen creciente de tráfico marítimo a través de las aguas cristalinas del Ártico dañará los ecosistemas marinos de crecimiento lento y larga vida.

En particular, temen que un barco se encuentre con un accidente en las remotas aguas polares, lo que resultará en un incidente de contaminación potencialmente devastador.

Falta de comida

La evidencia sugiere que el adelgazamiento del hielo marino está afectando a la vida silvestre, incluidos los depredadores que se encuentran en la parte superior de la cadena alimentaria, como los osos polares. El hielo no es lo suficientemente fuerte para soportar el peso de los animales, lo que los obliga a embarcarse en nados que agotan la energía y dificulta la captura de presas.

Un oso polar en el Refugio Nacional de Vida Silvestre del Ártico

Los estudios muestran que los osos polares luchan por cazar en el hielo marino que se derrite durante los meses de verano

Además de causar hambruna, también está provocando la llegada de osos a los asentamientos humanos en busca de comida.

Otra preocupación entre los científicos es que el derretimiento del hielo marino está afectando una importante corriente oceánica en el Ártico: el Beaufort Gyre.

El agua dulce es menos densa que el agua de mar salada. Los investigadores dijeron que una afluencia repentina de agua dulce del Océano Ártico al norte del Océano Atlántico podría alterar la fuerza de la corriente.

Esto se debe a que la fuerza que empuja el agua hacia la costa este de América del Norte continental se reducirá, lo que resultará en un menor volumen de aguas tropicales más cálidas de las regiones ecuatoriales que se desplazarán hacia Europa occidental.

Los modelos sugieren que la reducción de aguas más cálidas que se dirigen hacia Europa occidental dará como resultado temperaturas más bajas en la región. Esto, a su vez, también afectaría los patrones climáticos en el sistema climático global.

Nuestro planeta entonces y ahora continuará cada mes hasta la cumbre climática de la ONU en Glasgow, que está programada para comenzar en noviembre de 2021.

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