La decisión de los directores de la escuela secundaria católica Béatrice-Desloges de Ottawa de medir las faldas y los pantalones cortos de las alumnas, en su gran mayoría niñas, para asegurar su conformidad, y devolverlas a casa si la prenda es demasiado corta, suscita reacciones fuertes.
Jason Dupuis, superintendente del Conseil des écoles catholiques du Centre-Est de l’Ontario, explica que la decisión se tomó el jueves pasado tras los comentarios recibidos.
“Hicimos una gira de clase para recordarles a los niños y niñas que había un código de vestimenta en la escuela. La dirección decidió hacer intervenciones con quienes potencialmente tenían ropa que no cumplía con el código”, dice el superintendente.
En varias publicaciones en las redes sociales, las alumnas de secundaria dicen que fueron “humilladas” cuando las sacaron de clase para verificar si su vestimenta era apropiada.
Los estudiantes también afirman que se usó una regla para medir la longitud de los pantalones cortos y que a algunos se les pidió que se inclinaran hacia adelante para tocarse los dedos de los pies para asegurarse de que su vestimenta fuera respetable.
A algunos estudiantes se les pidió que doblaran la pierna hacia atrás a la altura de la rodilla mientras estaban de pie para verificar si los pantalones cortos que vestían cumplían con el código de vestimenta, que era al menos a la mitad del muslo.
Al día siguiente, los estudiantes se manifestaron frente a su escuela para expresar su desacuerdo con esta verificación sistemática. Dos estudiantes de otra escuela fueron arrestados.
El Consejo de Escuelas Católicas del Centro-Este ha iniciado una investigación para arrojar luz sobre la situación.
Según Jason Dupuis, la investigación revela que no se utilizó ninguna regla, a pesar de la información que circula al respecto.
Sin embargo, la Junta desea disculparse por esta situación.
“Pedimos disculpas”, dijo Daniel Boudria, consejero escolar de la Junta Escolar Católica del Centro-Este.
“Creemos absolutamente que nuestros estudiantes deben ser tratados con dignidad y respeto”, continúa. Insiste en que la Junta reconoce la situación y no trata de minimizar el impacto que viven los estudiantes.
El superintendente Dupuis está de acuerdo en que se debe revisar el código de vestimenta y se comprometió a realizar cambios rápidos.
“No era el código de vestimenta lo que estaba en juego, sino las formas en que los maestros realizaban estos controles”, dijo el Sr. Dupuis.
En este momento, no se habla de sanciones o consecuencias para los maestros y líderes de la escuela secundaria que realizaron la auditoría.
“Esperaremos los resultados de la investigación del señor Dupuis y su equipo”, confirma el concejal Daniel Boudria.