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Las nuevas empresas tuvieron un año pésimo en casi todas las mediciones en 2022, desde la caída de la inversión hasta la escasez de cotizaciones públicas, y los datos apuntan a un 2023 que podría ser aún más difícil.
A medida que los mercados se desplomaron a principios de 2022, muchos ejecutivos e inversores de empresas emergentes confiaban en que una cantidad récord de capital de riesgo a la espera de ser gastada, conocida como polvo seco, y un entusiasmo persistente por las nuevas tendencias tecnológicas amortiguarían a Silicon Valley.