Los estadounidenses están bajando la guardia incluso cuando los expertos advierten que se avecina una nueva ola de casos de COVID-19. Una nueva encuesta de Noticias-NORC Center for Public Affairs Research muestra que menos personas toman medidas de protección que en cualquier momento en las encuestas de AP-NORC realizadas desde principios de 2021.
La encuesta encontró que el 44% dice que a menudo o siempre usa una máscara facial con personas fuera de sus hogares, frente al 65% en enero, cuando las infecciones de la variante omicron altamente contagiosa se dispararon. Solo el 40% dice que está evitando en gran medida los viajes no esenciales, en comparación con el 60% en enero. Y el 47% dice que regularmente se mantiene alejado de grupos grandes, frente al 65% en enero.
La mayoría de los estadounidenses dicen que, al menos a veces, todavía siguen esas salvaguardas. Pero están volviendo cada vez más a las normas previas a la pandemia, ya que las infecciones por coronavirus han caído a su nivel más bajo desde julio.
Los Centros federales para el Control y la Prevención de Enfermedades ya no recomiendan el uso de máscaras en interiores para la mayoría de los estadounidenses, mientras que las ciudades están eliminando los requisitos de máscaras y vacunas para ingresar a restaurantes, bares y salas de conciertos. Y más trabajadores estadounidenses están regresando a las oficinas después de dos años de hacer su trabajo en casa.
Judy Morgan, una maestra jubilada de Poulsbo, Washington, dijo que ella y su esposo, un veterano de la Marina, se han relajado gradualmente sobre el uso de máscaras y otras precauciones desde que recibieron sus vacunas de refuerzo a fines de octubre. Hace aproximadamente seis semanas, volvió a comprar sin cubrebocas cuando la base de la Marina donde compra comestibles dejó de requerir cubiertas faciales.
“Pensé que cuando los militares comienzan a relajarse, porque son bastante estrictos, es una muy buena señal”, dijo Morgan, de 80 años.
Morgan y su esposo planean volver a ponerse las máscaras en el aeropuerto a finales de esta semana cuando vuelen a Florida para celebrar su cumpleaños. Ella dijo que fueron muy cautelosos al principio de la pandemia porque su esposo tiene una afección cardíaca que lo hace más susceptible a una enfermedad grave por COVID-19, y está lista para volver a ese comportamiento si llega otra ola grave de infecciones.
“Mi esperanza es que esté disminuyendo y que cada variación sea algo menos viral o significativa”, dijo Morgan. “Pero mi temor es que suceda algo nuevo”.
Los expertos dicen que el coronavirus no va a desaparecer y la mayoría de los estadounidenses reconocen que el virus se mantendrá. En enero, una encuesta de AP-NORC mostró que solo el 15% de los estadounidenses dijeron que la pandemia terminará cuando se elimine en su mayor parte el COVID-19. La mayoría dijo que espera que la pandemia termine cuando sea en gran medida un virus leve.
Pero ese podría no ser el caso todavía. Los expertos aún dicen que las nuevas variantes pronto podrían iniciar otra ola de infecciones crecientes en los EE. UU. Los científicos están observando de cerca una derivación extracontagiosa de omicron que ya tiene números de casos que aumentan en partes de Europa y Asia, así como un híbrido delta-omicron, aunque hasta ahora, las infecciones de esa variante parecen ser raras.
Sonia Montoya, de Albuquerque, Nuevo México, no se arriesga. La tenedora de libros de 65 años todavía trabaja de forma remota con sus colegas de la oficina, ordena cualquier comida de restaurante para llevar y se asegura de usar una máscara cuando va de compras o asiste a la iglesia. Seis de los familiares y amigos de Montoya murieron a causa del virus, y ella dijo que todavía está muy preocupada por enfermarse a pesar de que está vacunada.
“Regresó y nos golpeó nuevamente una vez antes, y tengo la sensación de que si no somos cautelosos lo volveremos a hacer”, dijo Montoya. “Sí, se está desacelerando, pero hay mucha gente estúpida por ahí. , especialmente los más jóvenes que no piensan que sea serio”.
Desde que las vacunas estuvieron ampliamente disponibles para el público estadounidense, las encuestas de AP-NORC han mostrado consistentemente que las personas vacunadas están más preocupadas por las infecciones y es más probable que tomen medidas preventivas que las no vacunadas. Los vacunados siguen siendo más propensos que los no vacunados a decir que siempre o con frecuencia evitan los viajes no esenciales (44 % a 29 %), se mantienen alejados de grupos grandes (51 % a 32 %) y usan máscaras faciales con otras personas (49 % al 26%).
Pero la nueva encuesta muestra que en los últimos dos meses, tanto los vacunados como los no vacunados se han vuelto menos propensos a tomar esas precauciones con regularidad. Del mismo modo, tanto los demócratas como los republicanos son menos propensos que en enero a decir que toman medidas de protección con frecuencia.
Jason Newman, de Greenville, Kentucky, dijo que nunca usa una máscara a menos que se le requiera, no le preocupa salir a cenar y nunca se vacunó. Dijo que dio positivo por COVID-19 dos veces, pero que no sufrió síntomas en ninguna de las dos ocasiones.
El cartero de 43 años dijo que en los últimos meses ha notado que más personas parecen estar tratando el virus como él.
“Siempre va a estar aquí pase lo que pase, porque no podrán erradicarlo”, dijo Newman. “Creo que, en general, están por todas partes”.
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La encuesta AP-NORC de 1.082 adultos se realizó del 17 al 21 de marzo utilizando una muestra extraída del Panel AmeriSpeak basado en probabilidades de NORC, que está diseñado para ser representativo de la población de EE. UU. El margen de error de muestreo para todos los encuestados es de más o menos 4 puntos porcentuales.