Lupin, el legendario caballero ladrón que saltó de las páginas del manga original Monkey Punch a numerosas funciones animadas y series de televisión, sin mencionar los CD de música y los videojuegos, regresa a la pantalla en la primera iteración del personaje en animación CG. Esta es una interpretación familiar del guionista / director Takashi Yamazaki, eludiendo la picardía de algunas otras adaptaciones, aunque conservando un estilo heroico, descarado y encantador.
Esta vez, la aventura del intrépido ladrón es un poco delgada en términos de trama, pero deslumbrante en su ejecución. Una década después del final de la Segunda Guerra Mundial, Lupin intenta robar un diario que contiene inventos secretos que provocaron que su dueño, el famoso arqueólogo Bresson, fuera asesinado a tiros por los nazis. Durante su búsqueda, Lupin se cruza con Laetitia, una estudiante de arqueología que busca el objeto preciado en nombre de su abuelo adoptivo; no sabe que este último es un simpatizante de los nazis. Cuando sus ojos se abren a las nefastas intenciones del anciano, une fuerzas con Lupin y sus compinches Jigen y Goemon, para evitar que los malvados nazis aseguren la máquina todopoderosa de Bresson.
A medida que la película atraviesa numerosos continentes, la magnífica animación se muestra en su totalidad, capturando los llamativos tonos del atardecer que golpean los tejados parisinos de manera tan brillante como las arenosas tierras altas de México. Lupin III: The First se mantiene fiel al espíritu de versiones anteriores de anime mientras muestra el aspecto distintivo en 3D de la animación CG; la espectacular secuencia en la que Lupin se desliza a través de rayos láser mortales mientras el tema clásico de Yuji Ohno se hincha con jazz impresionará incluso a los fanáticos más fervientes. Dejando a un lado la historia olvidable, la película es un placer visual, lleno de alegría y locura.