Los expertos de las Naciones Unidas dicen que muchos líderes políticos y civiles en Sudán del Sur son “profundamente escépticos” de que un acuerdo de paz de 2018 pueda brindar estabilidad a la nación más nueva del mundo y temen que pueda estar regresando al conflicto.
NACIONES UNIDAS — Muchos líderes políticos y civiles en Sudán del Sur son “profundamente escépticos” de que un acuerdo de paz de 2018 pueda brindar estabilidad a la nación más nueva del mundo y temen que pueda estar regresando al conflicto, dijeron expertos de la ONU en un informe que circuló el lunes.
Los expertos señalaron disputas políticas entre antiguos rivales que ahora lideran el gobierno, el presidente Salva Kiir y el vicepresidente Riek Machar, que han paralizado gran parte del acuerdo de paz que firmaron hace más de tres años y medio.
“Casi todos los componentes del acuerdo de paz son ahora rehenes de los cálculos políticos de las élites militares y de seguridad del país, que usan una combinación de violencia, malversación de recursos públicos y patrocinio para perseguir sus propios intereses”, dice el informe. “Lejos de ofrecer un cambio transformador al sistema político depredador de Sudán del Sur, el acuerdo de paz se ha convertido en un lugar lucrativo para la política de poder de élite”.
En el informe al Consejo de Seguridad de la ONU, el panel de expertos que supervisa las sanciones a Sudán del Sur dijo que las advertencias sobre las perspectivas del acuerdo por parte de civiles y muchos líderes políticos, militares y de la sociedad civil se han vuelto más urgentes a medida que la unidad de los principales signatarios de la oposición “se ha desgastado”. y los tratos externos han proliferado.
Había grandes esperanzas cuando Sudán del Sur, rico en petróleo, se independizó de Sudán en 2011 después de un largo conflicto. Pero el país entró en una guerra civil en diciembre de 2013 basada en gran medida en las divisiones étnicas cuando las fuerzas leales a Kiir lucharon contra las leales a Machar.
Decenas de miles de personas murieron en la guerra, que terminó con el acuerdo de paz de 2018 que unió a Kiir y Machar en un gobierno de unidad nacional. Pero los desafíos persistieron, incluido el hecho de que el gobierno no implementó las reformas prometidas.
El panel de expertos señaló algunos avances en la implementación del acuerdo de paz, incluida la reconstitución de la Legislatura Nacional de Transición en septiembre pasado y el Comité de Supervisión de la Gestión de las Finanzas Públicas, lo que trajo cierta transparencia a las “finanzas públicas opacas” de Sudán del Sur.
Después de que se redactó el informe de 77 páginas en marzo, Kiir y Machar firmaron un acuerdo el 3 de abril para unificar el mando de las fuerzas de seguridad, un elemento clave del acuerdo de paz que alivió las tensiones políticas. Los enfrentamientos entre las tropas gubernamentales y las fuerzas leales a Machar en los días previos a la firma habían planteado la amenaza de otro estallido de enfrentamientos graves.
No obstante, el panel de expertos criticó duramente “el cálculo político de suma cero en el corazón del proceso político nacional”.
Señalaron que los funcionarios del gobierno lograron que al menos una docena de altos comandantes de la oposición desertaran, enfrentamientos entre leales y desertores, incluido el acceso a bases, armas y activos lucrativos como puestos de control y puertos fluviales, y violencia mortal fuera de la capital, Juba, alimentada por rivalidades y animosidades regionales y locales.
Decenas de miles de civiles han sido desplazados y graves abusos contra los derechos humanos, incluida la violencia sexual y de género, se han “convertido en un trágico sello distintivo del conflicto en Sudán del Sur”, dice el informe.
“Queda poco optimismo en Sudán del Sur”, agregaron los expertos. “Las entrevistas del panel revelaron un estado de ánimo predominante de frustración, desconfianza y desilusión con un proceso político rehén de los intereses de las élites, mientras que cada vez más se separa de la vida de la gente común”.
El panel dijo que los logros en la implementación del acuerdo de paz “seguían siendo en gran medida procedimentales y burocráticos”, mientras que la oposición fragmentada, las violaciones del alto el fuego y la violencia generalizada en las regiones socavaron sus principios clave.
“Muchos civiles y líderes políticos con los que habló el panel expresaron su preocupación de que el país pueda estar regresando al conflicto”, dijo el informe, citando entrevistas con fuentes confidenciales y líderes de la sociedad civil en marzo.
El panel dijo que las condiciones de millones de civiles “están empeorando”, y que la violencia, las inundaciones y los desplazamientos han creado “niveles sin precedentes de inseguridad alimentaria en gran parte del país”. Citó la advertencia del Programa Mundial de Alimentos de la ONU en marzo de que Sudán del Sur enfrentaba la “peor crisis de hambre de su historia”, con unos 8,3 millones de personas necesitadas de alimentos y 1,4 millones de niños “gravemente desnutridos” en diciembre.
Los expertos dijeron que la compra por parte del gobierno de aproximadamente 25 nuevos vehículos blindados de transporte de personal para la policía, que se muestra en una fotografía de marzo, fue una violación del embargo de armas de la ONU.
El embargo de armas vence el 31 de mayo y el panel recomendó que el Consejo de Seguridad lo prorrogue debido a las “persistentes violaciones del alto el fuego” y la intensificación de la violencia en las regiones. Se espera que el consejo vote el 26 de mayo.