WASHINGTON — La asediada empresa de vapeo Juul Labs anunció cientos de despidos el jueves mientras la empresa resiste juicios, prohibiciones gubernamentales y una creciente competencia por sus cigarrillos electrónicos.
Juul dijo que obtuvo nuevo financiamiento para mantenerse en el negocio y continuar con las operaciones, lo que incluye desafiar los planes de la Administración de Drogas y Alimentos para prohibir sus productos.
Los despidos incluyen a 400 empleados y son parte de un plan de ahorro de costos para recortar de inmediato el presupuesto operativo de Juul entre un 30 % y un 40 %, según una persona familiarizada con el plan que solicitó el anonimato para discutir los detalles. La nueva inyección de efectivo provino de dos de los primeros inversores de Juul: Nicholas Pritzker, director de Hyatt Hotels, y Riaz Valani, un especialista en capital privado con sede en San Francisco, según la misma persona.
Durante semanas, los analistas de la industria han especulado que Juul pronto podría declararse en bancarrota o venderse a otra empresa. El anuncio del jueves parece haber retrasado al menos cualquier movimiento en esa dirección.
“Esta inversión permitirá a Juul Labs mantener las operaciones comerciales, continuar avanzando en su apelación administrativa de la orden de denegación de mercadeo de la FDA y apoyar la innovación de productos y la generación de ciencia”, escribió un portavoz de la compañía en un correo electrónico.
El Wall Street Journal informó por primera vez la noticia el jueves por la mañana.
Juul se disparó a la cima del mercado de vapeo de EE. UU. hace cinco años gracias a la popularidad de sabores como el mango, la menta y la crema brulée. Pero el ascenso de la compañía de San Francisco fue impulsado por el uso entre los adolescentes, algunos de los cuales se engancharon a las cápsulas con alto contenido de nicotina de Juul.
La reacción violenta contra el vapeo adolescente desencadenó una serie de acciones gubernamentales que obligaron a la empresa a retirarse. Desde 2019, Juul ha eliminado toda la publicidad de EE. UU. y descontinuado la mayoría de sus sabores.
El mayor golpe se produjo en junio, cuando la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) rechazó la solicitud de la compañía para mantener su producto en el mercado como una alternativa para fumar para adultos, lo que arrojó su futuro en la incertidumbre. La FDA dijo que Juul no abordó adecuadamente las preguntas clave sobre el potencial de que los químicos se filtren de su dispositivo. La FDA suspendió temporalmente su decisión inicial mientras Juul presenta una apelación.
Otro revés se produjo en septiembre cuando el mayor inversor de la compañía, el gigante del tabaco Altria, anunció planes para volver a competir por su cuenta en el espacio de los cigarrillos electrónicos.
Altria retiró sus propios cigarrillos electrónicos del mercado en 2018 después de adquirir una participación de casi 13.000 millones de dólares en Juul. Pero esa inversión ha perdido más del 95% de su valor a medida que las perspectivas de Juul se han atenuado, lo que le da a Altria la opción de salir de su acuerdo de no competencia.
La decisión significa que Juul pronto podría verse obligado a luchar por espacio en los estantes minoristas con el fabricante de Marlboro Altria, junto con competidores de larga data como Vuse de Reynolds American, que recientemente superó a Juul para convertirse en la marca líder de vapeo de EE. UU.
La participación de Juul en el mercado minorista de $5500 millones se ha desplomado a alrededor del 33 % desde un máximo del 75 % hace varios años.
Si bien Juul ya no es popular entre los adolescentes de EE. UU., la compañía sigue siendo un objetivo para los políticos en Washington y en todo el país que buscan tomar medidas enérgicas contra el vapeo juvenil.
En septiembre, Juul anunció que pagaría 440 millones de dólares para resolver una investigación de casi tres docenas de estados sobre sus prácticas de marketing y su contribución al aumento del vapeo entre menores de edad. Juul aún enfrenta nueve demandas separadas de otros estados. Y miles de demandas personales presentadas por individuos y familias se han consolidado en un tribunal de distrito federal de California.