Apareciendo en Fox y amigos En julio pasado, Liz Cheney argumentó que era uno de los aliados más devotos de Trump en la Cámara. Votó con el presidente “algo así como el 97 por ciento de las veces”, dijo. “Encuentro, en mi experiencia, que el presidente aprecia a las personas que son directas, a las personas que explican lo que piensan. Pero creo que, la mayoría de las veces, muchas más veces estamos de acuerdo que en desacuerdo “.
Cheney no estaba muy equivocado. Según FiveThirtyEight, votó con Trump entre el 93 y el 96 por ciento del tiempo mientras él estaba en el cargo. El grupo conservador de defensa política Heritage Action le otorga a Cheney un puntaje de por vida del 80 por ciento, una marca impresionante que refleja sus credenciales conservadoras.
Stefanik, por el contrario, es prácticamente un apóstata. Su puntuación de Heritage Action es del 48 por ciento. Ella votó con Trump solo dos tercios del tiempo desde 2018. Habiendo trabajado para George W. Bush y Paul Ryan, Stefanik, quien representa a un distrito en Adirondacks en Nueva York, cortó una imagen moderada y bipartidista. En 2016, respaldó a Trump pero no por su nombre (dijo con tacto que apoyaría al “nominado de su partido”). Ella votó en contra de su logro legislativo más importante, el recorte de impuestos corporativos de 2017, así como la decisión de retirarse del acuerdo climático de París. Andrew Kacyzinski y Em Steck de Espanol descubrieron que ella había “criticado a Trump por todo, desde sus comentarios incendiarios sobre los musulmanes y las mujeres hasta sus posiciones políticas distintivas, como reformar la OTAN, construir un muro fronterizo entre Estados Unidos y México y tener una cooperación más fuerte con Rusia”.