Las autoridades israelíes se están preparando para más violencia durante el fin de semana después de una reciente serie de tiroteos y mientras aumentan las tensiones por la amenaza de desalojo de docenas de palestinos de sus hogares en el este de Jerusalén.
Las tropas israelíes dispararon y mataron a dos palestinos e hirieron gravemente a un tercero después de que abrieron fuego con ametralladoras improvisadas en una base en la ocupada Cisjordania el viernes por la mañana, dijo la policía de Israel. Ningún israelí resultó herido.
Eso se produjo dos días después de que el estudiante israelí Yehuda Guetta, de 19 años, muriera en un hospital a causa de las heridas sufridas en un tiroteo desde un vehículo el domingo mientras estaba parado en una estación de autobuses cerca de la ciudad de Naplusa en Cisjordania. Otros dos adolescentes resultaron heridos en el ataque. Las fuerzas israelíes arrestaron a un palestino en relación con el ataque del jueves.
Mientras tanto, Saeed Yusuf Muhammad Oudeh, un niño palestino de 16 años, fue asesinado en una aldea cerca de Nablus el miércoles.
El ejército de Israel dijo que las tropas abrieron fuego cuando fueron atacadas con bombas incendiarias, pero Defense for Children International – Palestine, un grupo de derechos humanos, dijo que Saeed no estuvo involucrado en el enfrentamiento. El adolescente recibió dos disparos en la espalda, dijo.
Mientras tanto, en el barrio de Sheikh Jarrah, en el este de Jerusalén, las tensiones son altas por un caso legal de larga duración que involucra las casas de cuatro familias palestinas en tierras reclamadas por colonos judíos, que será escuchado por la Corte Suprema de Israel el lunes.
Las familias palestinas han vivido en el área durante décadas, pero los grupos de colonos afirman que la tierra en la que se construyeron las casas pertenecía originalmente a organizaciones judías antes de 1948, cuando los combates dividieron Jerusalén en este y oeste.
Israel capturó el este de Jerusalén, junto con Cisjordania y Gaza, territorios que los palestinos quieren para su futuro estado, en la guerra árabe-israelí de 1967. Israel anexó Jerusalén oriental en una medida no reconocida internacionalmente y ve a toda la ciudad como su capital.
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Pero los palestinos ven el este de Jerusalén, que incluye importantes lugares sagrados para judíos, cristianos y musulmanes, como su capital, y su destino es uno de los temas más sensibles del conflicto.
Una ley aprobada por el parlamento de Israel en 1970 permite reclamar propiedades que antes eran propiedad del pueblo judío en Jerusalén oriental, aunque los palestinos no tienen ese derecho a reclamar propiedades en Jerusalén occidental.
Las cuatro familias palestinas de Sheikh Jarrah se enfrentan a un desalojo inminente sobre la base de esa ley, y varios intentos de mediación han fracasado. La corte suprema de Israel tiene previsto celebrar una audiencia el lunes y podría emitir una orden de desalojo final, un fallo que podría sentar un precedente que afecte a otras familias.
Yacoub Abu Arafa, de 59 años, dijo que nació en la casa que podría verse obligado a abandonar y que su familia había estado luchando en los tribunales durante casi medio siglo para conservar su hogar.
“Nos volvimos viejos y cansados”, dijo a NBC News. “No sé qué pasará con nosotros si echan a las familias de las casas”.
Los palestinos que protestan por el caso se han enfrentado con la policía israelí en la ciudad todas las noches desde el comienzo del mes sagrado musulmán del Ramadán.
Los activistas dicen que la batalla legal en Sheikh Jarrah es parte de un esfuerzo sistemático de los grupos de colonos para cambiar la demografía del este de Jerusalén desplazando a los palestinos y trasladando a los israelíes al área.
Rupert Colville, portavoz del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, dijo el viernes que los desalojos “si se ordenan e implementan, violarían las obligaciones de Israel en virtud del derecho internacional”.
“Pedimos a Israel que detenga de inmediato todos los desalojos forzosos, incluidos los de Sheikh Jarrah, y que cese cualquier actividad que contribuya aún más a un entorno coercitivo y lleve a un riesgo de traslado forzoso”, dijo.
Los manifestantes también se han enfrentado con la policía israelí por las restricciones a las reuniones al aire libre en la Puerta de Damasco que conduce a la Ciudad Vieja.
El domingo por la noche es “Laylat al-Qadr” o la “Noche del Destino”, la más sagrada en el mes de Ramadán, y los fieles se reunirán para intensas oraciones nocturnas en el recinto de la mezquita Al-Aqsa en la Ciudad Vieja de Jerusalén, un lugar sagrado de punto de inflamación tanto para musulmanes como para judíos, que se refieren a él como el Monte del Templo.
El Día de Jerusalén, una fiesta nacional en la que Israel celebra su anexión del este de Jerusalén y los nacionalistas religiosos realizan desfiles y otras celebraciones en la ciudad, también comienza el domingo por la noche.
Los dos hechos han coincidido en años anteriores, lo que a veces ha dado lugar a enfrentamientos.
El gobernante Hamás de Gaza, que es considerado una organización terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea, ha incitado a la violencia en los últimos días y militantes palestinos en Gaza han disparado cohetes en apoyo de los manifestantes.
A principios de esta semana, el comandante del brazo armado de Hamas, Mohammed Deif, emitió su primera declaración pública en siete años, en la que advirtió a Israel que pagaría un “alto precio” si desalojaba a los palestinos de sus hogares.
Associated Press contribuyó a este informe.