El Papa Francisco entró en silla de ruedas a la Basílica de San Pedro el sábado por la noche, para la vigilia pascual.
El Pontífice ofició una de las Liturgias más largas que duró dos horas, pero por momentos su voz sonaba pesada y entrecortada, pero completó con normalidad la lectura de su detallado mensaje.
El líder de la Iglesia Católica Romana, como cada año, bautizó a ocho creyentes.
El Papa Francisco, en su mensaje Urbi et Orbi (A la ciudad y al mundo) al final de la Divina Liturgia católica de Pascua, se refirió nuevamente a la necesidad de que prevalezca la paz. En la Plaza de San Pedro más de 60.000 creyentes presenciaron su mensaje.
En su homilía, el Papa Francisco habló sobre la justicia en la sociedad y la brutalidad de la guerra: “Los muros de goma del egoísmo y la indiferencia que nos frenan en el esfuerzo por construir ciudades y sociedades más justas y humanas, en todas nuestras aspiraciones de paz que son colapsando por el odio y la brutalidad de la guerra”.
A la vigilia asistieron seis mil creyentes. Después del servicio el Papa salió sonriendo y saludó al pueblo.
“Por la tumba vacía de Jesús pasa el camino nuevo, el que ninguno de nosotros, sino sólo Dios, pudo abrir. El camino que pasa por la muerte, el camino de la paz en medio de la guerra, de la reconciliación en medio del odio, de la hermandad en medio de la enemistad.
“Mi pensamiento se dirige especialmente a las víctimas de tantos conflictos que tienen lugar en todo el mundo, empezando por Israel, Palestina y Ucrania. Que el Señor Resucitado abra un camino de paz para las poblaciones que tanto sufren en estas zonas. Pido respeto a los principios del derecho internacional y deseo un intercambio general de todos los prisioneros entre Rusia y Ucrania. Todos por todos”.
Francisco también pidió que se entregue ayuda humanitaria a Gaza, que se liberen los rehenes del 7 de octubre y que se firme un alto el fuego inmediato en la Franja de Gaza.
“No permitamos que las hostilidades en curso tengan un impacto grave en la población civil, especialmente en los niños. Cuánto dolor vemos en sus ojos. Con su mirada nos preguntan ¿por qué? ¿Por qué tantas muertes? ¿Por qué tanta destrucción? La guerra es siempre absurdo y derrota. No dejemos que los vientos de guerra, cada vez más fuertes, soplen en Europa y el Mediterráneo. No sucumbamos a la lógica de las armas y los armamentos. La paz nunca se construye con armas, sino estrechando manos y abriendo corazones”, subrayó.
El Pontífice argentino, en su mensaje, se refirió a la situación en Siria, el Líbano y la región de los Balcanes Occidentales en los que, según subrayó, “se están dando pasos importantes hacia la realización del proyecto europeo”, al tiempo que pidió “que Incrementar los esfuerzos para combatir el flagelo de la trata de personas”.