Como empresario senegalés, puedo decirles lo que está frenando a África: la falta de energía asequible. Vivimos en un continente donde el ingreso anual promedio es de menos de $ 2,000 y la mayoría de las personas dependen de los combustibles fósiles para sobrevivir. Los objetivos climáticos que exigieron las naciones ricas en la reciente cumbre COP26 no solo son absurdos, son una sentencia de muerte para los africanos.
En las últimas décadas, los ciudadanos de China han pasado de la clase pobre a la media. India ha mejorado la situación de los pobres con una industria de alta tecnología en auge. África permanece estancada en la parte inferior de casi todos los índices de desarrollo. Más del 7% de los niños del África subsahariana mueren antes de cumplir los 5 años. La implementación inmediata de las preocupaciones ambientales de las naciones desarrolladas no es la prioridad más urgente de África.
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