NAIROBI, Kenia – Desde hace un año, los combatientes de la región de Tigray, en el norte de Etiopía, se han enfrentado al ejército de Etiopía en gran parte solos, rechazando sus ataques, capturando ciudades y esta semana, avanzando hacia la capital, Addis Abeba.
Pero el viernes, los tigrayanos anunciaron que se estaban uniendo con otros ocho grupos de oposición para derrocar al primer ministro Abiy Ahmed, mediante la negociación política o la fuerza militar si fuera necesario, e instalar un gobierno de transición.
“Nos queda una opción: cambiar la situación; de lo contrario, todos seremos masacrados ”, dijo Berhane Gebre-Christos, quien anteriormente se desempeñó como ministro de Relaciones Exteriores de Etiopía, hablando en nombre del grupo rebelde de Tigray, el Frente de Liberación del Pueblo de Tigray. Habló el viernes en una conferencia de prensa en el National Press Club en Washington, junto con representantes de los otros grupos de la alianza.
Instó a una resolución “antes de que Etiopía implosione y afecte a la región”.
El fiscal general y ministro de Justicia de Etiopía, Gedion Timothewos, desestimó a la coalición como un “truco publicitario” y dijo que algunas de las organizaciones no tenían tracción ni apoyo.
“No creo que tenga tanto impacto”, dijo en una conferencia de prensa en línea el viernes.
El anuncio de la alianza se produce pocos días después de que los rebeldes capturaran dos pueblos a unas 160 millas al noreste de Addis Abeba. Etiopía declaró el estado de emergencia, pidió a los ciudadanos que tomaran las armas para defender la capital y detuvo a los tigrayanos a quienes el gobierno acusó de simpatizar con los rebeldes que ahora amenazan la capital.
La guerra comenzó en noviembre de 2020, cuando Abiy lanzó una ofensiva en la inquieta región de Tigray después de acusar al Frente de Liberación Popular de Tigray de llevar a cabo un ataque sorpresa contra una base militar federal. En agosto, los rebeldes de Tigrayan unieron fuerzas con otro grupo, el Ejército de Liberación de Oromo; el gobierno etíope ha designado a ambos grupos como organizaciones terroristas.
El conflicto ha convulsionado a la segunda nación más poblada de África, dejando miles de muertos, un estimado de dos millones de personas desplazadas y cientos de miles enfrentando hambrunas.
Las Naciones Unidas y la comisión de derechos humanos de Etiopía publicaron un informe conjunto esta semana que apunta a “niveles espantosos de brutalidad” en la guerra, incluidas ejecuciones extrajudiciales, violencia sexual y ataques a refugiados.
Diplomáticos de Estados Unidos, Europa y África se apresuraron a encontrar una solución negociada. El primer ministro etíope se reunió el viernes con Jeffrey Feltman, el enviado estadounidense al Cuerno de África, en un esfuerzo por resolver la crisis, y “sostuvo discusiones constructivas”, dijo Billene Seyoum, portavoz del gobierno, en una respuesta escrita.
La embajada de Estados Unidos en Etiopía aconsejó el viernes a los ciudadanos estadounidenses que abandonen el país “lo antes posible” y agregó que “el entorno de seguridad en Etiopía es muy fluido”.
Pero la Sra. Seyoum desestimó los informes de los últimos días sobre una atmósfera de asedio en la capital, calificándola de desinformación.
“La capital se mueve con un sentido de normalidad”, dijo en la conferencia de prensa en línea.
La nueva alianza, dicen los analistas, agrega una medida de presión política a los problemas de Abiy. Ya enfrenta una creciente resistencia militar en zonas divergentes de Etiopía, y la perspectiva de problemas económicos a medida que los rebeldes amenazan con bloquear una carretera crucial que conecta la Etiopía sin salida al mar con el puerto de Djibouti al este.
La formación de la alianza “es otra señal de que las mareas políticas están cambiando”, dijo William Davison, analista senior de Etiopía del International Crisis Group.
En el caso de que haya una ruptura en el partido gobernante o un cambio de poder importante en Addis Abeba, dijo Davison, “estos grupos podrían desempeñar un papel clave en sus respectivos baluartes a medida que avanzamos hacia una nueva fase de transición”.
Pero no está claro qué tan potente será la alianza. Algunos de los grupos armados “no tienen una fuerza de combate fuerte” y los grupos políticos “tienen programas políticos aún más débiles”.
Abiy ha recibido gran parte de su apoyo de los grupos étnicos Amhara y Oromo. Etiopía es un mosaico de al menos 80 grupos étnicos y 10 gobiernos regionales, con divisiones latentes sobre la tierra, la historia, el idioma y el equilibrio de poder entre los gobiernos federal y regional. Además de los tigrayanos, la coalición incluye grupos que representan a las etnias oromos, somalíes y sidama, entre otros.
El hecho de que el Frente de Liberación del Pueblo de Tigray esté a la vanguardia de la coalición probablemente alienará a muchos etíopes. Durante casi tres décadas, a partir de 1991, el TPLF fue la fuerza política dominante en Etiopía, donde amordazó la libertad de expresión, detuvo a periodistas y aplastó la disidencia política. Pero su influencia disminuyó después de que Abiy llegó al poder en 2018 con la promesa de distribuir el poder y los recursos por igual. Con el tiempo, degradó y marginó a muchos funcionarios del gobierno de Tigray.
El viernes, se llevaron a cabo protestas contra el Frente de Liberación Popular de Tigray en Addis Abeba y otras ciudades etíopes. El Sr. Gedion, el fiscal general, calificó al TPLF de “impopular” y dijo que sus miembros “no podían aceptar una Etiopía en la que no fueran los dueños de todo”.
Los líderes de la nueva coalición, conocida como el Frente Unido de Fuerzas Federalistas y Confederalistas de Etiopía, instaron a la administración Biden a apoyar sus esfuerzos.
“Creo que el gobierno de Biden tiene que unirse con nosotros. Tienen que respaldarnos ”, dijo Okok Ojulu Okok, que representa al Ejército de Liberación del Pueblo de Gambella, en la conferencia de prensa en Washington. “Tienen que apoyarnos, en todas las direcciones que vayamos”.
No estaba claro cómo la administración de Biden considerará la nueva alianza. Jalina Porter, portavoz del Departamento de Estado, se negó a comentar sobre la coalición, pero dijo en una sesión informativa el viernes: “Seguimos instando a todas las partes en el conflicto a que pongan fin a las hostilidades de inmediato”.
Abdi Latif Dahir informó desde Nairobi, y Lara Jakes de Washington.