Ya es suficientemente malo que el acuerdo presupuestario anunciado el jueves por la noche por la gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, invierta más de mil millones de dólares del dinero público en un nuevo estadio para los Buffalo Bills, una franquicia de fútbol propiedad de multimillonarios que compite en los deportes más rentables del mundo. liga. Pero la Sra. Hochul ha agregado condiciones al acuerdo que aumentarán el costo de construcción en aproximadamente un 20% y asegurarán que se desperdiciará una gran parte del subsidio. Eso contradice su afirmación de que buscó negociar el “mejor trato para los contribuyentes”.
La Sra. Hochul es la primera gobernadora de Nueva York procedente de Buffalo desde Grover Cleveland. Su esposo es el abogado general de Delaware North, el principal concesionario del Highmark Stadium, el hogar actual de los Bills en los suburbios de Orchard Park. La nueva instalación de 60.000 asientos se construirá cerca, en el sitio de un estacionamiento del estadio existente. La Sra. Hochul dice que es un buen negocio para los residentes, que sospechan con razón. También lo son los economistas, cuyo fuerte consenso es que los contribuyentes casi siempre resultan perdedores en los proyectos de estadios financiados con fondos públicos, que principalmente enriquecen a los propietarios.